El Auditorio y palacio de congresos de Vigo no hace honor a su nombre: la calidad acústica está por debajo de los mínimos exigidos. Se han quejado orquestas y bandas y nadie puede negar la realidad: los recortes en el presupuesto afectaron al Auditorio, que no cumple en los conciertos de música clásica y tampoco en los de rock. La situación es conocida y la gerencia no lo niega. Hay solución, pero está imposible: colocar una concha acústica supondría invertir como mínimo medio millón de euros, lo que no se prevé en los presupuestos de un complejo que funciona al límite de su viabilidad. Hace unos meses el alcalde decidió regalar a la concesionaria cinco millones de euros y más años de explotación de los previstos en el contrato para evitar una rescisión unilateral que habría supuesto para el Concello asumir una deuda de más de 80 millones de euros en concepto de indemnización. Esa fue la explicación dada a medias -aunque este diario anunció lo que pasaba, el alcalde nunca lo confirmó y de la noche a la mañana firmó la prórroga sin avisar a nadie salvo a su querido 'Faro de Vigo'- que al parecer no ha sido suficiente para apaciguar a los propietarios del Auditorio. Lo último que se asegura es que Sacyr, Novagalicia y otras firmas asociadas estarían encantadas en pedir la liquidación del compromiso con el ayuntamiento de Vigo en vista del resultado obtenido.
