Cartas al director

Y sereis como Dioses

La megalomanía, como evidente disfunción cognitiva, es consustancial al sistema de valores capitalista, de la cual el comunismo no es más que la continuación por otros medios, por ejemplo con su grotesco culto a la personalidad, inequívocamente plasmada en la careta carnavalera que recientemente se ha distribuido con el careto de pez globo de Kim Jong Un.
La megalomanía, en realidad no es más que el espontáneo e inconsciente resultado irracionalmente compensador de una impotencia cognitiva esencial, siempre acompañada de otras variantes de esa impotencia.
Ante lo que afirma, una íntima ideación megalómana,  como la de cualquier político por ejemplo, me respondería; "sí, pero menos da una piedra" y superficialmente puede parecer que lleva razón.
Pero solo lo parece, porque lo megalómano busca minimizar una experiencia displicente de fondo creyendo que esa era la vía más eficaz, cuando en realidad hoy otra mucho más eficiente. Claro que como lo que afirmo no puede ser verificado más que mediante una experiencia íntima, directa, totalmente individualizada e integral, lo megalómano podría decirme que no cree más que lo que comprueba, y ahí sí que tendría plena razón, porque cualquier argumento teórico que yo pueda esgrimir, desde su perspectiva, no sería más que más de lo mismo.
A veces, las cosas pueden estar físicamente muy cerca y a la vez muy lejos, separadas por un invisible muro de intraspasable dificultad, por eso siempre es mejor no crear artificiales barreras con la mentira, porque inexorablemente acaban transformándose en un complejo y angosto laberinto de retorno a la verdad.