Sanidad

Centros de salud de Vigo detectan un aumento de tosferina

El centro de salud de Lavadores es uno de los que atendieron a pacientes con tosferina.
photo_camera El centro de salud de Lavadores es uno de los que atendieron a pacientes con tosferina.
Esta enfermedad se redujo drásticamente en los primeros años de pandemia pero está creciendo desde el verano de 2023

Centros de salud y PAC de la ciudad están notando el aumento de la incidencia de tosferina, tal como sucede en el resto de España y en otros países del mundo. Afecta principalmente a niños y adolescentes en general bien vacunados, pero hay enfermos de todas las edades.

La tosferina está experimentando un resurgimiento desde verano de 2023. No están claros los motivos, aunque estos días el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, apuntaba que puede estar relacionado con una mayor realización de pruebas diagnósticas.

Desde el pasado día 1 de enero de este año y hasta el 12 de febrero se habían notificado casi el doble de casos que en todo 2023, según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Hasta el pasado día 3 de marzo se acumulaban ya 6.800 casos en todo el territorio nacional.

En Galicia hubo solo 21 casos el año pasado, de los que solo 9 fueron confirmados, mientras en España se habían registrado 2.560, el 71% en menores de 15 años. Este año, en solo una semana (la del 26 de febrero, la última con datos publicados) Galicia notificó 28 casos.

Al comienzo de la pandemia, entre 2020 y 2022, la incidencia de esta dolencia respiratoria se redujo de forma drástica, pero a partir del verano de 2023 está experimentando un rápido crecimiento.

Suele cursar de forma leve, pero puede llegar a ser grave en los bebés, especialmente entre los menores de 2 o 3 meses que aún no han iniciado el calendario de vacunación infantil. Es una infección aguda de las vías respiratorias causada por la bacteria Bordetella pertussis, un patógeno exclusivamente humano que se transmite por un contacto estrecho con la persona infectada. Los casos deben tratarse con antibiótico lo más pronto posible y los niños no deben ir a clase durante cinco días.

 

 

Tamara Rivera: “Es una tos seca, cuesta coger aire y tarda en irse”

Tamara Rivera es una viguesa de 23 años contagiada de tosferina, una enfermedad de la que ni siquiera sabía que existía. Vive en Lavadores y asegura que en su entorno conoce varios casos con esta misma enfermedad.

En su casa el primero en caer fue su padre. Empezó en enero pasado con tos y malestar, pero pensó que era un catarro fuerte. No le dio importancia ni consultó al médico hasta que empezó a encontrarse muy mal y entonces sí acudió al centro de salud donde le recetaron antibióticos. “Vimos en el prospecto que era un medicamento para la tosferina”, señala Tamara.

Tamara Rivera.
Tamara Rivera.

Un mes después, Tamara y su madre también enfermaron. “Al principio teníamos mucha tos y nada más, pero luego empezamos con dolores musculares y contracturas en la espalda de toser tan fuerte. Fuimos al PAC, estaba lleno de gente que tosía y gente con gripe. La médico que nos atendió nos dijo que era tosferina, que había más casos como el nuestro y casi todos vacunados”. A Tamara le dieron antibiótico para seis días y se compró por su cuenta jarabes que no le hicieron gran cosa. Sin embargo, el malestar le alivió, pero la tos persiste, igual que le ocurre a sus padres. “Nos dijeron que acabaría pasando, que no sería algo crónico, pero que tardaba bastante”. 

Preguntada por la diferencia con un catarro, explica que con la tosferina “tienes una tos muy rara, al principio con flema normal, pero luego se convirtió en una tos muy seca. Arrancas a toser y no paras en un rato largo, y entre tos y tos te cuesta coger aire, notas como si te asfixias. Ahora ya no es tanto como al principio. La sensación era como si te hubieran dado una paliza”, explica.

 

Te puede interesar