La viguesa Elena Alonso aunó la ciencia y el oficio del mar en su proyecto artístico que expone en el Museo do Mar
Bajo el nombre de “Retrato dun bosque de laminarias”, Elena Alonso (Vigo, 1986) inmortalizó el baile de las algas en pintura acrílica, que adquieren movimiento a través de la realidad aumentada. Imágenes coloristas del fondo marino invaden la sala de exposiciones temporales en el Museo do Mar, en una exposición que se inauguró ayer y donde la artista entabla un diálogo directo con las retratadas. Y es que enfocando los retratos con una tablet, reproduce el vaivén real, captado en fotogramas a lo largo de dos meses con un acelerómetro submarino.
La primera entrega, más plástica, se completa con un audiovisual de 20 minutos, donde la artista recoge el trabajo de campo llevado a cabo durante los meses de preparación. Toman la palabra los científicos y los marineros, investigadores y trabajadores del mar.
La artista se reencontró con Verónica Cazorla y Vanesa Arias, patronas de barco de la Ría, y con el mediático Rogelio Santos Queiruga (con más de 43 mil seguidores en IG), de Porto do Son y comentaron para Atlántico TV su experiencia conjunta. “Fue una labor confianza total, me llevaron en sus barcos y compartieron sus jornadas de trabajo”, afirmó Alonso, que insistió en que “esta aventura fue un proyecto de esfuerzo colectivo, no habría podido hacerlo sola, tuve que movilizar a mucha gente para hacerlo, les agradezco la confianza, cuando nadie sabía lo que quería hacer, ni yo misma”.
En la embarcación de Verónica y Vanesa comprobó cómo dos mujeres se superan en un mundo masculinizado. “Es brutal, tenemos que demostrar que valemos, y mucho más que muchos hombres, no nos da vergüenza”, afirma Cazorla. Madrileña de nacimiento, admite que al principio le resultaba desagradable tocar las algas en la playa, “eso me ayudó a descubrir toda la vida que hay bajo el agua, mientras otros mares están desiertos”.
Las patronas viguesas le mostraron cómo capturan el pulpo y devuelven las especies pequeñas al mar. “Es importante para que tengamos trabajo ahora y en el futuro”, indica Arias, quien lamenta que aún sea necesaria más concienciación tanto dentro como fuera de la profesión.
Con Queiruga, en la Ría de Muros y Noia, pudo ver bosques de algas en aguas claras. “Plasmou a riqueza das nosas rías no vídeo e nos seus cuadros, algo que temos que coidar”, apuntó el de Porto do Son.
Recién llegada de las islas Galápagos, donde se localiza su último proyecto, Elena Alonso hace un llamamiento al diálogo en el sector. “El conflicto entre la pesca y la conservación del mar se da en todas partes, creo que el arte es una plataforma neutral para dar voz a los implicados, ya que a todos nos conviene que se preserve”.
La idea de esta exposición que permanecerá en el Museo do Mar hasta el 30 de junio, surgió durante la pandemia. “Pasé varios meses en Galicia, mientras trabajaba en una exploración con corales, cuando me di cuenta de que sabía más de ese coexistema exótico que el de nuestras rías y me interesé en la laminarias, un elemento tan humilde y al mismo tiempo tan fundamental”.
La Autoridad Portuaria la apoyó dentro de la estrategia de crecimiento azul y sostenibilidad, implicando a otras administraciones como la Xunta de Galicia, a través de la Consellería do Mar y la Universidade de Vigo, a través del Campus do Mar.
“Este tipo de iniciativas ayudan a difundir el valor del mar desde el punto de vista del arte, es la primera vez que después de ver una obra gráfica sobre el mar, todos nos llevamos deberes para casa”, afirmó Antonio Basanta, director xeral de Pesca. Acudió a la inauguración junto a Anxo Lorenzo, quien destacó “la capacidad de la actividad artística de inmiscuirse en los debates actuales” y Carlos Botana, presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, quien puso en valor la muestra desde el punto de vista de un oceanógrafo.
