La necesidad de profesionales cualificados hace que en estos sectores las propias empresas se acerquen a los campus ofreciendo trabajo remunerado
Las prácticas en empresas, aunque opcionales en la mayoría de los casos, están presentes en todos los planes educativos universitarios desde la entrada en vigor del llamado ‘Plan Bolonia’, que puso énfasis en finalizar la etapa formativa de los jóvenes estudiantes con un cuatrimestre en el que pueden enfrentarse a las vicisitudes del mundo laboral. Y en la UVigo hay dos grados en los que este tipo de formación tiene especial éxito: Ingeniería de Telecomunicaciones y Enfermería.
Así lo refrendan los datos publicados por la propia universidad en su Portal de Transparencia, que reflejan que, en los cuatro grados de Enfermería impartidos por la institución (dos en Vigo, uno en Pontevedra y otro en Ourense), hasta 637 alumnos –esto es, 2 de cada 3 matriculados– optaron por hacer prácticas al final de su etapa formativa. Todas, salvo una, curriculares, lo cual quiere decir que forman parte de su expediente académico.
En Teleco, por la contra, se firman más prácticas extracurriculares: de las 148 realizadas el pasado curso 22/23, 80 tuvieron lugar fuera del plan de estudios. ¿La razón? Como apunta Rebeca Díaz, directora de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones, “las empresas buscan trabajadores cualificados y nuestra escuela es un punto de captación”. Gracias a la red de trabajo ‘Conexión Teleco’, de la que forman parte múltiples compañías del sector, los estudiantes ven de manera mucho más cercana a estas empresas y se animan a entrar antes en el mundo laboral a través de prácticas formativas.
Destacan también con un elevado número de prácticas realizadas las titulaciones de Educación Social y Publicidad y Relaciones Públicas, con 113 y 101 respectivamente.
En cuanto a los másteres, la idiosincrasia de estos títulos, enfocados en gran parte a la especialización con vistas a inserción laboral, hace que un porcentaje importante de los estudiantes opte por realizar prácticas en empresas. En el caso del Máster de Abogacía del campus de Vigo, debido a la posibilidad de realizar en un mismo curso prácticas curriculares y extracurriculares, se registraron un total de 60 convenios de prácticas para 59 alumnos matriculados. Así, la mayoría de los másteres ronda el 90% de estudiantes que hacen prácticas, con varios incluso superando el 100% a causa de esta duplicidad.
En total, el curso pasado se firmaron 3.765 convenios de prácticas en la UVigo, de los que 3.065 fueron curriculares y 700, extracurriculares. Son 1.600 más que en 2021/2022, en el que se 2.061 estudiantes hicieron prácticas.
Medio centenar de alumnos hizo su TFG en una empresa
Cada vez está más de moda en las universidades gallegas una nueva modalidad de Trabajo de Fin de Grado (TFG) y Trabajo de Fin de Máster (TFM) que consiste en firmar un convenio con una empresa y que el estudiante realice su proyecto de investigación en el seno de la misma supervisado por un tutor por parte de la institución educativa y otro, por la empresa.
A este respecto, la UVigo marcó el curso pasado cifras de récord con 51 estudiantes en total que optaron por esta opción a la hora de hacer sus trabajos de fin de grado. Son casi 4 veces más que en el curso 2021-22, en el que apenas registró 11, y casi el doble de su anterior récord de 26, alcanzado antes de la irrupción de la pandemia. De esos 51, casi la mitad (19) pertenecen al grado de Ingeniería de Telecomunicación, 8 son de Biología, 5 de Ingeniería Aeroespacial, 4 de Organización Industrial, 3 de Química, 3 de Química Industrial, 2 de Ingeniería de los Recursos Mineros y Energéticos, 2 de Ingeniería Informática y 1 de Educación Primaria, Publicidad y Relaciones Públicas e Ingeniería Mecánica.
En cuanto a los Trabajos de Fin de Máster, el aumento también fue considerable, ya que se pasó de 38 en el curso 21-22 a 85 en el 22-23. Destacan con 22 el Máster en Ingeniería Industrial, con 18 el Máster en Administración Integrada de Empresas y con 11, el Máster en Biotecnología Avanzada, entre otros.
Sobre el éxito de esta modalidad de TFG en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación, su directora Rebeca Díaz lo tiene claro: “En nuestro centro se hacen muchas prácticas en empresas y la experiencia les resulta muy positiva, por lo que la mayor parte de ellos continúan la experiencia haciendo el TFG”.
Influye también que la red de trabajo con la que cuenta la escuela y en la que participan empresas de la zona “hace que los estudiantes las vean como algo muy cercano en lugar de algo externo y paralelo a la escuela”. Díaz explica que los trabajos que se hacen dentro de una empresa no varían mucho con respecto a los que hacen en la escuela, pero “lo más relevante es que experimentan lo que es trabajar en una organización que está dentro del sistema empresarial antes incluso de terminar la carrera”.
