Cerillo ya ejerce como gerente y a Pablo Macías le atrae ser directivo en el futuro

Los herederos del Pilotes

Cerillo y Pablo Macías, antes del entrenamiento de ayer. Hoy toca jugar en A Coruña contra el OAR. Foto: J.V. Landín
Son el santo y seña del Pilotes Posada, no en vano uno lleva en el club 19 años y el otro 15. Y sin fecha de caducidad a la vista. Pablo Macías (Vigo, 1977) y José Ángel Fernández 'Cerillo' (Vigo, 1980) inician su décima temporada juntos en el primer equipo académico siendo conscientes del referente que suponen para todos los componentes de las categorías base del club, que parecen vivir un renacimiento en los últimos tiempos.
Esa identificación con la entidad que les ha visto crecer deportivamente llega a un nuevo capítulo al empezar a concretarse la intención del presidente, Javier Rodríguez, de ir dándoles peso en la parte directiva del club. El primero en asumir el reto ha sido Cerillo, que ya ejerce como gerente de la entidad, de forma oficiosa desde la pasada campaña y de manera oficial desde ésta. ‘Es otro tipo de trabajo. Conocemos perfectamente el club y sabemos de sus necesidades. Creo que podemos hacer cosas importantes’, apunta. Además, no ve problema en compaginar su puesto con el de jugador: ‘Javier es el que toma las decisiones. Yo echo una mano, pero le dejé claro desde el principio que quiero seguir jugando y que la gerencia, por el momento, es algo secundario’. En cualquier caso, son prácticas de cara a un posible futuro profesional cuando el balonmano en activo se acabe. A ese momento prefiere esperar, por ahora, Pablo Macías, quien apunta que llevar las riendas del club desde los despachos ‘es una idea que me atrae. Pero, de momento, prefiero seguir como jugador y esperar un poco más. Y en unos años, quien sabe si puedo ser directivo’. Por si acaso, se dedica a observar: ‘De Javier se aprende todo'.

Macías, tan fresco quince años después

En la temporada 1995-1996, Pablo Macías entró, a sus 18 años, en la primera plantilla del mejor Pilotes Posada de la historia, aquel que era asiduo a la Copa del Rey y que a punto estuvo de quedarse con un título europeo. Quince temporadas después, el vigués se mantiene en el equipo académico y ha vivido en carne propia los altibajos del equipo. ‘No me paro mucho a pensarlo, pero me lo recuerdan cada año. La verdad es que me acuerdo del pabellón antiguo, cuando los vestuarios estaban detrás de las porterías’, rememora el primera línea. Sus inicios fueron con el equipo viviendo su época dorada con los Lvov, Nesterov o Germán Muiños. Así que no es extraño que a Macías le gustaría ‘que el Octavio volviese al nivel de aquellos años, peleando por entrar en Europa’. En sus 15 campañas como académico, acumula multitud de buenos recuerdos, ‘el primero, el del debut. Fue contra el Bidasoa en el Arteleku. Después, hay muchos más como el del primer partido en el Palau, el debut en Europa, la primera Copa del Rey... Y, cómo no, los ascensos’. En el lado opuesto, la selección está más clara: ‘Los descensos’, cuatro a lo largo de su carrera incluyendo el del pasado año. Sus ex compañeros se cuentan por decenas, pero hay uno que la ha dejado huella de forma especial: ‘Me gustaba mucho Valenzuela, tal vez porque era central como yo. Intenté aprender de él, aunque no llegué a su nivel’, apunta el vigués, que en las últimas temporadas se ha convertido en un especialista defensivo. Chivi jugó 18 temporadas en la primera plantilla y tiene el récord. Macías afronta la 16 ‘y espero llegar a las 18. O a las 20’

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