El Coruxo encajó ayer una derrota muy engañosa. El Ourense CF se fue perdiendo al descanso gracias a un gol del renacido Mateo y solo una expulsión dudosa y un penalti inexistente en el minuto 70 hicieron que el conjunto local creyera en la remontada. El segundo tanto, por cruel, hizo mucho daño y después de este, cayeron todos los demás.
Y eso que el plan de partido de David de Dios salió a la perfección en la primera mitad. El conjunto vigués anuló al pontino, inexistente en ataque. Además, los de verde avisaron varias veces antes de que Mateo abriera el marcador al filo del descanso con un latigazo desde fuera del área directo a la escuadra. Es el segundo tanto del redondelano desde que volvió de su lesión.
Pero la segunda parte empezó torcida. A los nueve minutos, Pereiro vio la roja por una entrada que podía haberse saldado perfectamente con amarilla. A partir de ahí, todo cambió. El moañés Gabri Palmás empató poco después al cazar un rechace en el área. Pero el desequilibrio definitivo llegó diez minutos más tarde. Un despeje de cabeza dentro del área fue decretado como mano por el árbitro, que señaló un penalti inexistente. Tras una sucesión de protestas, Di Renzo transformó la pena máxima. El gol tumbó el ánimo coruxista y el Ourense CF hizo tres dianas más que confirmaban la injusta y polémica goleada.
