Opinión

Un año de inoperancias

No es España el primer estado que encalla, ni el primero que corre el peligro de entrar en un bucle que dure años. Los hay que han traspasado la barrera y se han perdido en ese bucle el tiempo suficiente para descerrajar sus instituciones y convertirlas en adornos mientras sus políticos discuten y discuten inútilmente desvirtuando el papel de sus respectivas cámaras resignados a no entenderse y a permanecer largos y tediosos periodos entre dos aguas. Ejemplos de bloqueo político e institucional los encontramos en Bélgica y en Italia y sabemos –porque nos lo cuentan sus propias historias- que en ambos países se hizo de la inoperancia hábito y ambas sociedades fueron capaces de superar la incompetencia de su clase política y articular la vida en torno al vacío de poder que se hizo prácticamente crónico.
Nosotros no estamos, sin embargo, acostumbrados a estas situaciones y estamos padeciendo por primera vez una España desgobernada con la particularidad de que no conocemos los mecanismos de autodefensa natural que desarrollaron otras naciones cuando hubieran de afrontarlas. Hasta la fecha y desde que el país inauguró su sistema de monarquía parlamentaria, los vacíos de poder han sido breves y relativamente sencillos de subsanar. Hemos tenido presidentes fugaces –algunos han durado horas- pero no tengo yo referencia de periodos largos fiados al pairo. Hasta ahora. Por si alguien ha olvidado el escenario en el que nos estamos moviendo en esta mitad del verano de 2019, hemos salido de una moción de censura que se planteó el 31 de mayo de 2018 y se resolvió a favor de su instigador, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez el 1 de junio. Pedro Sánchez –que no era diputado en ese momento- había prometido un gobierno provisional y la convocatoria de elecciones pero se enrocó en la Moncloa hasta que la negativa independentista le dejó sin apoyos y le obligó a someterse a las urnas. Lo hizo el 28 de abril de 2019 y las ganó obteniendo un 28,7 de los comicios por encima del 16’7 del PP, el 15’8 de Cs y el 11’9 de UP, un resultado muy bueno pero no suficiente para gobernar en solitario. Ochenta y seis días después Sánchez fracasó en su intento de ser investido. 
Hoy, el ciclo se cierra tras más de un año de parálisis. El Congreso se va a la playa sin candidato a la jefatura de Gobierno dejando la patata caliente en la puerta de la Zarzuela.

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