Opinión

El interés del proceso

Seguramente porque ha pasado más tiempo del razonable, seguramente porque lo que mantenía la tensión era precisamente la incertidumbre en la identificación del asesino de Diana Quer, seguramente porque esa incertidumbre la despejó la Guardia Civil desarrollando una de las investigaciones más admirables de los últimos años para acabar identificando a un animal urbano de ojos vidriosos y sonrisa estúpida, (pero un asesino al fin y al cabo) el proceso contra el Chiclé –en realidad así es el apodo inspirado en la afición a los coches del individuo- no ha arrancado en la opinión pública los arrebatos de tensión que suscitó la operación misma de darle caza, como si  el procedimiento judicial ya no tuviera la misma enjundia que el apasionante e incierto recorrido de la investigación. Este zopenco criminal que ya quiso violar a su cuñada y a nadie en la familia le pareció algo fuera de lo común, porque sobre el suceso cerró la tapa y lo ocultó bajo llave, es un producto a piñón fijo de la barbarie humana, que ha matado a una joven por el mero hecho de matarla, y ha acabado con tres vidas de paso. La de su madre, la de su padre y la de su hermana. Tras este suceso estremecedor ya nada puede ser como antes. El matrimonio ha sucumbido a la tensión insoportable y ha saltado por los aires sepultando de paso a la hermana superviviente. El asesino tiene en su conciencia por tanto tres víctimas. En el caso de que tenga conciencia, claro…
Lo que sí tiene es entendimiento, criterio para discernir entre el bien y el mal. Y malas intenciones. José Enrique Abuín sabe que de determinados extremos de la investigación depende que pueda salir del talego pasados unos años o que se tenga que quedar en él de por vida. Por eso ha mentido, ha tratado de cambiar su propia declaración, se ha inventado los hechos y ha procurado expresar una versión de lo ocurrido que le descarga. De premeditación, de violación, de un abanico amplio de crueldades y agravantes que los padres de la víctima han tenido que tragarse a pie firme y sin abrir la boca. Cuando ambos la han abierto han sido seriamente amonestados. Al padre de la víctima lo echaron ayer de la sala.
Pero, vamos. El proceso no ha despertado pasiones. Está todo el pescado vendido y no hay más que esperar la sentencia. El suflé se ha bajado. Abuín ya no mola.

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