Opinión

Desparejando parejas

Las separaciones de parejas que llevan tiempo compartiendo y sugieren lazos de afinidad de contenido muy fuerte, siempre generan inquietud y sorpresa. Ya ven ustedes lo que significó para los devotos de todo el mundo la ruptura de Lennon con McCartney o de McCartney con Lennon, que tan dramático fue de un lado como del otro y el fan de a pie sufrió lo que no está en los libros y nos hicieron la puñeta. Ayer supimos en pleno frenesí de consternación que Alejandro Galán y Juan Lebrón, pareja sempiterna del padel nacional y campeona durante una década en la que han ostentado mayoritariamente el número 1, han decidido separarse porque ya no se soportan como pasaba con Simon y Garfunkel, un dúo idílico que solo lo era de cara a la galería  porque de puertas para dentro no se podían ver ni en pintura. Decían las comadres del Hollywood de los buenos tiempos que Giger Rogers y Fred Astaire no se veían nada más que en el plató y que fuera de él se odiaban a muerte. La pareja que mejor se ha llevado en este país nuestro de resabios y doloras es la que formaban Ramón y Cajal porque eran uno solo. Y eso que, según mi padre que lo conoció, don Santiago no tenía lo que se dice buen genio.
Puesto a significar rupturas de natural intenso cabe destacar la de Podemos con su refugio interno. Las noticias que nos llegan del Congreso de los Diputados significan que ha roto con carácter definitivo con Sumar y se ha tirado al monte que es lo mismo que decir que se ha subido al Grupo Mixto donde se va a perder entre tanta plebe. Y es que, las cosas como son, lo de Podemos ha sido no solo la crónica de una muerte anunciada sino la demostración  exquisita de lo rematadamente mal que lo han hecho y que tras el show de animación oficiado en la Puerta del Sol no había más que humo y pura incompetencia. El más incompetente de todos fue Pablo Iglesias, aquel de la coleta que un día no le dejó dormir al presidente Sánchez aunque dos días después lo convirtió en su vicepresidente. Iglesias era tan incompetente y tan vago para lo suyo que, tras jugar a político de nivel y tras trampear en su ministerio, no tuvo otro remedio que hacer lo que los toreros hacían en su retirada. Cortarse la coleta. Tan inútil fue que ni siquiera pudo aprobar el examen de méritos para el reingreso como penene. Total, el mejor de los parejos que se me ocurre es Dani Parejo. Mira que es bueno.

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