Opinión

“Somos lo que tú nos ayudas a ser”

La celebración del día de la Iglesia Diocesana es una ocasión para dar a conocer lo que somos. Y como dice el lema de este año: “somos lo que tú nos ayudas a ser”. 

La Diócesis de Tui-Vigo es una realidad eclesial en la que celebramos la fe y colaboramos los creyentes que formamos parte de ella. Obispo, sacerdotes, religiosos y fieles cristianos formamos una familia en la que todos nos sentimos acogidos y enviados. Una familia que comparte la fe, los sacramentos, el cuidado de los hermanos y la misión de evangelizar que el Señor Jesucristo nos confió. Nada de lo que hacemos lo podemos llevar a cabo solos. Necesitamos la ayuda, el apoyo y el cuidado de los hermanos. Por eso podemos decir con verdad que “somos lo que tú nos ayudas a ser”.

Después de la gracia de Dios, lo que hace posible la misión de nuestra Diócesis es la entrega generosa de las personas. Ésta es nuestra gran riqueza y la gran esperanza para el futuro. Nuestras parroquias están llenas de personas con ganas de servir y hemos de pedirle al Señor que descubran la alegría del Evangelio para poner en marcha una nueva evangelización. En este sentido hay algo que me da vueltas en la cabeza y que me lleva a preguntarme por qué  a nuestro lado hay tantas personas llenas de vitalidad y de valores humanos a las cuales no les interesa la Iglesia. Comprendo que la fe es un misterio, aunque pienso también que en la Iglesia no ponemos muchas veces la ilusión que deberíamos en contagiar la fuerza y la alegría de la fe.

No se puede mirar al futuro con confianza si no apreciamos lo que tenemos. Somos herederos de una historia que ha configurado vidas maravillosas en la alegre profesión de la fe de Jesucristo. Esto nadie lo puede negar y muchas de esas vidas siguen ahí a nuestro lado, formando ese formidable tesoro “de los santos de la puerta de al lado”, en feliz expresión del Papa Francisco. Pienso en los catequistas de nuestras parroquias, en los esforzados voluntarios de la caridad, en las personas que sostienen a la Diócesis con sus ayudas, en los padres que siguen educando en la fe a su familia en medio de una sociedad indiferente, en los enfermos cuyo dolor está iluminado por la  fe y la esperanza y pienso, como no, en nuestros sacerdotes y religiosos que son el mayor regalo que Dios nos hace.

El principio de una vida sana es el agradecimiento. Decía Bernardo de Chartres, allá en el siglo XI, que nosotros podemos ver un poco más allá que nuestros predecesores porque somos enanos erguidos sobre las espaldas de gigantes. Sin esa adecuada perspectiva la vida se vuelve confusa. Por eso nuestra Diócesis de Tui-Vigo tiene que ver más allá agradeciendo todo lo que ha recibido y sigue recibiendo cada día. Tenemos un potencial humano y espiritual que nos sostiene y que un día como éste de la Iglesia Diocesana ha de ser valorado y agradecido.

Al lado del impagable regalo de tantas personas generosas, nuestra Diócesis de Tui-Vigo cuenta con unos medios materiales que son indispensables para toda acción humana y eclesial. Nuestros fieles y personas de toda condición nos sostienen con el apoyo material y económico. No somos una Diócesis rica y podemos llevar a cabo tantos proyectos pastorales y caritativos porque sois muchos los que confiáis en esta Iglesia de Tui-Vigo y la apoyáis con vuestras aportaciones voluntarias. En este día queremos agradeceros a todos vuestra generosidad y pediros que renovéis esa confianza en la Diócesis para que podamos seguir creciendo como iglesia viva y samaritana.

El agradecimiento exige transparencia y credibilidad. Queremos cumplir con todas las formalidades que este objetivo requiere y en este camino seguiremos fortaleciendo el buen hacer de nuestras comunidades parroquiales. 

Sé que los tiempos son difíciles para la generosidad, pero de los momentos de crisis saldremos todos juntos con un profundo ejercicio de la solidaridad. Con ella la sociedad descubrirá los valores morales que la han de fortalecer frente a la adversidad. En este contexto de ayuda mutua, la Iglesia tiene la gran misión de compartir su fe con todo ser humano al que no puede dejar tirado en la desgracia porque la palabra definitiva de Dios para el mundo es el amor.

Para seguir haciendo el camino de la Iglesia en nuestra Diócesis de Tui-Vigo deseamos seguir contando contigo porque tenemos claro que “somos lo que tú nos ayudas a ser”.

(*) Obispo de Tui-Vigo.

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