Gibraltar, Gibraltar, tierra amada de todo español', cantaban los chicos de Juventudes (Frente de...) sin explicarse claramente y seguían con más frases reivindicativas como 'a mi Patria te robaron, tierra hispana del Peñón y tu planta es hoy hollada, por el asta de un extraño pabellón.'
Dirá el lector: ¿Y a qué viene esto? ¿A nostalgias juveniles? Tal vez. Lo que pasa es que estos días ojeando (sin h) nuestro periódico ?e imagino que se publicaría en otros- leí, con la tristeza de que aquí los 'grandes políticos', o sea los que salen en los noticieros y se permiten el lujo de decir que trabajan por la unidad de España, aunque ya se haya cometido el crimen de las 'Autonomías-nacioneschicas' que, según los entendidos han sido un fracaso y una carga obligada por quienes desmandaban (no mandaban) el país en trocitos con características propias y que bastaba haber estudiado el sistema de funcionamiento ¡con libertad-lógica! y no desgraciada para ellas y para el resto de España, sin contar con los que supuso y supone la creación de esas tantas autonomías cuasi naciones algunas: un gasto que es parte obligada a reconocer de los gastos de este país lleno de paisitos.
A los seguidores de esta nacioncilla, formada por puros de España, los gibraltareños prohíben de cuando en cuando que no pesquen en sus cercanías, (y tienen barcos armados.) Son un montón de agravios desde que se quedaron con la peña tras unas increíbles leyes a trabuco abierto, ¡buenos son los británicos! Y lo que comentan ?supongo- los políticos que desgraciaron todo lo bueno hace tres siglos y pico: 'No es cosa de ir a las armas., pero si a la discusión a la negociación. Y me preguntan algunos mayores: ¿Cuándo se ha discutido seriamente la devolución de Gibraltar? ¿Tan grande es el peso británico? Con menos volumen de todo tipo español hemos visto reclamaciones serias que han dado resultado en hechos similares a esto.
Y han dicho ante reclamaciones del españolito inocente: 'Bah; Gibraltar no merece una guerra. ¡Claro que no! Pero si hubiésemos tenido durante la democracia unos gobiernos con ministros y partidos enteros, con dignidad, habrían intentado llegar a un acuerdo. Ni intentos. Y ¿dónde está la dignidad del español? ¿Cuántos intentos se han hechos para arreglarlo y devolvernos la vergüenza?
