Fomento ha cambiado las fechas de llegada de la alta velocidad a Galicia en varias ocasiones, y ahora apunta a 2021. La primera vez era antes de 2012. Claro que hay que hacer una salvedad muy importante: cuando por fin se conecte desde Madrid no llegará directamente a Vigo ni en 2021 ni quizá nunca. Desde que se planteó el AVE a Galicia ha habido cuatro presidentes del Gobierno, dos del PSOE y dos del PP, y media docena de ministros de Fomento, dos de ellos gallegos. Todos han ido tirando de fechas, anuncios y compromisos para llegar a la situación actual: pasan los años y continúan -y continuarán- tramitándose estudios sobre la variante de Cerdedo, en la que ya no cree UGT, que fue quien planteó la propuesta de trazado. En estos momentos se encuentra por segunda vez en fase de evaluación ambiental un pequeño tramo de tres kilómetros, y eso no es lo más complejo. Una vez finalice dicho trámite, tres años al menos, quizá el resultado sea negativo, lo que llevaría a tener que cambiar de nuevo el trazado. No es imposible: se trata de un tramo de orografía dificultosa como pocos, que exige el 90 por ciento por túneles y viaductos y un presupuesto que superaría los 2.000 millones de euros. A cambio, Vigo-Ourense se podría realizar en unos 35 minutos, frente a los 70 por Santiago o la "beira" del Miño.
Pese a todo, Vigo tiene que seguir defendiendo Cerdedo hasta que haya una alternativa viable. Quizá la salida sur, con la mejora de la vía del Miño, o con un tren directo hasta Ourense sin pasar por la estación compostelana. De una y otra forma, y ojalá me equivoque, parece que el tren pasó hace 15 años.
Pese a todo, Vigo tiene que seguir defendiendo Cerdedo hasta que haya una alternativa viable. Quizá la salida sur, con la mejora de la vía del Miño, o con un tren directo hasta Ourense sin pasar por la estación compostelana. De una y otra forma, y ojalá me equivoque, parece que el tren pasó hace 15 años.
