Algo va mal en el sistema electoral, luego en el sistema democrático, cuando un partido, Ciudadanos, logró 10 diputados con cerca 1,7 millones de votos, y una formación provincial, Teruel Existe, un diputado y dos senadores con sólo 19.000. Nos pongamos como nos pongamos, no tiene lógica una desproporción de alcance sideral: el voto tiene que valer igual o al menos similar y no ha sido así: el de los turolenses 10 veces más. La consecuencia directa de este sistema que tiene bases lógicas -la circunscripción provincial- pero que ha derivado en perverso es que se prima la concentración del voto en un punto y eso lleva a la feudalización del país con la proliferación de formaciones independentistas, nacionalistas, regionalistas y ahora también localistas. Y habrá más porque el razonamiento resulta inapelable: si un diputado puede ser la palanca para asuntos de interés particular, frente al general, ¿por qué no crear grupos de intereses cada vez más reducidos? Mañana podría montarse un Vigo Sí: con 80.000 votos tendría al menos un diputado.
Estuvo cerca de ocurrir en 1995: en plena bronca por la empacadora surgió la candidatura Sí Teis, que en las elecciones municipales de ese año se quedó a las puertas de conseguir un concejal. De haberlo logrado, cuatro años más tarde habría Sí Coia, Sí Calvario y Sí Centro. O aún más dramático, con Sí Lavadores, Sí Fragoso y Sí Bouzas, como partidos “nacionalistas” locales reclamando la secesión y la recuperación de sus antiguos ayuntamientos, quizá de forma unilateral. Nada es imposible, véase el acuerdo exprés de ayer.
Estuvo cerca de ocurrir en 1995: en plena bronca por la empacadora surgió la candidatura Sí Teis, que en las elecciones municipales de ese año se quedó a las puertas de conseguir un concejal. De haberlo logrado, cuatro años más tarde habría Sí Coia, Sí Calvario y Sí Centro. O aún más dramático, con Sí Lavadores, Sí Fragoso y Sí Bouzas, como partidos “nacionalistas” locales reclamando la secesión y la recuperación de sus antiguos ayuntamientos, quizá de forma unilateral. Nada es imposible, véase el acuerdo exprés de ayer.
