Opinión

Nostradamus

Sin querer ser Nostradamus, que como Tezanos no acertó una en su vida, puedo vaticinar un par de acontecimientos que se van a producir en el futuro. Veamos.

Uno. Solo es cuestión de tiempo que haya una sequía que provoque cortes y obligue a restricciones. Ya hubo un par de veces en que estuvo cerca, la última en 2017, cuando incluso se planteó algo tan disparatado como traer agua en barcos o un trasvase de emergencia desde el Verdugo, que los ayuntamientos y vecinos se encargaron de bloquear. Nada se ha hecho desde entonces, ni planificar una conexión con el Miño para una situación de auténtica urgencia o, mejor, ampliar la capacidad de Eiras, lo que daría garantías para situaciones extremas. Cierto que lamentablemente se ha convertido en tabú construir una presa, pero al menos habría que intentarlo. Así que parece cuestión de tiempo que lleguen penurias por falta de abastecimiento. Este año, por ejemplo, ha sido el más caluroso de la historia en enero y probablemente en febrero. Solo hay que esperar. 

Dos. Lo otro que también pasará es que el presidente de la Xunta lo designen ciudadanos que nunca han vivido en Galicia y cuya relación con esta comunidad es en muchos casos casi nula. Hay medio millón de personas con derecho a voto en América y Europa, aunque solo unas 30.000, por ahora, lo ejercen. En varias ocasiones sus votos han cambiado diputados, sin incidencia hasta el momento. En estas elecciones hay un parlamentario en disputa en Ourense entre PP, BNG y PSOE, pero no va a alterar el resultado. En 2005, el PP y el PSOE-BNG empataron, con ventaja para la izquierda, y la emigración dejó las cosas como estaban. Pero cualquier día no va a ser así. Es también cuestión de tiempo. ¿Por qué personas que no viven en España ni tampoco pagan sus impuestos tienen derecho al voto? Esa es la cuestión. En las municipales, los extranjeros comunitarios pueden votar, no así los emigrantes, lo que parece bastante más lógico.

Te puede interesar