Opinión

Puigdemont y Junts quieren aprovechar la ocasión para lograr la independencia

Es una situación insólita que el futuro de una nación, de un Estado consolidado dependa de la voluntad, los intereses y el programa de un individuo y de un partido que quiere destruirlo y salirse de él. Un hecho llamativo, que sin duda estaba previsto, es que el primer mensajero que se haya enviado a explorar la negociación con el fugado en Bélgica haya sido un miembro de Sumar, que en su día y se pronunciara partidario de que en Cataluña se celebrara un referéndum para la independencia. Sumar se adelanta, sin duda, porque el asunto estaba pensado, porque tiene al hombre más próximo al independentismo, el comunista Jaume Asens. Y como conoce bien la realidad catalana, era para sumar el mejor mensajero que se podía enviar a Puigdemont, avalado por sus declaraciones previas a favor del referéndum.

En una de sus repetidas entrevistas y declaraciones realizadas a los medios durante la campaña electoral, Pedro Sánchez invocó repetidamente la Constitución y dijo que el referéndum pretendido no era posible, ni en la nuestra ni en ninguna otra del mundo. Visto lo que dijera antes sobre indultos o cumplimiento de las sentencias o la calificación de los actos cometidos durante el “procès” no tiene mucho crédito sus asertos, y máxima cuando sus consocios revelaron que tales medidas le fueron impuestas como contravalor a su apoyo y que del mismo modo que tuvo que reformar el Código Penal y exonerar a sus camaradas, confiaban en que se plegara al resto del lote: amnistía y referéndum. Estamos en ello.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, desde la propia seguridad de su suerte con Sánchez, además de reclamar el referéndum y la amnistía, ha hecho gala de la posición ventajosa en que se hallan. El precio final del apoyo directo o la abstención no está fijado en sus máximos y anota: La situación “Es una ventana de oportunidad para que se vea la situación de Catalunya. Que el independentismo sigue siendo fuerte y determinado”. Y, de entrada, l2a amnistía y el referéndum, que son elementos que generan gran consenso entre la ciudadanía de Catalunya. En que, considera, la presión no se debe dirigir hacia su partido, sino hacia el mismo Pedro Sánchez: “La pregunta no es si lo investiremos, sino qué está dispuesto a hacer él”.

Y se anota que en el lote está la propia situación judicial de Puigdemont y los otros fugados y el modo de resolver este engorroso asunto. Y la solución, una vez reformado el Código Penal, desaparecido el delito de sedición y la rebaja del de malversación, el camino está expedito para el regreso de los fugados, breve proceso e indulto, sin la menor duda. Hasta algunos llegan a afirmar que se exonere al citado sin que ni siquiera sea juzgado. Sumar es la gran vanguardia de la aproximación, y la formación que más proclama eso de la España plural en la que hay que encajar (o desencajar) Cataluña.

Por su hilo directo que mantiene con Puigdemont son especialmente llamativas las declaraciones de Pilar Rahola, quien ha subrayado que son los socialistas, o sea, Sánchez, el que tiene que “ofrecer” y que Junts decidirá. De momento, desde la conocida posición de partida, los de Puigdemont van a escuchar. Y en ese sentido ha dicho: "Puigdemont se debe a sus votantes y no va a hacer un (Oriol) Junqueras. No va a hacer lo que hace Junqueras. Si se expone a negociar, hablará de temas fundamentales". Y esos temas están en el ideario y el programa electoral de su partido. Se reclama además que sea “descriminalice” al “refugiado” en Waterloo, para el que exigen respeto, el debido respeto y reconocer que “el conflicto catalán” está igualmente vivo que estaba en 2017.

En su programa electoral para los pasados comicios, Junts dejó claro que para ellos no era una contienda entre derechas e izquierdas, sino entre Cataluña y España. Y por ello era una oportunidad, que como se ve les ha caído en gracia, para cambiarlo todo e iniciar un nuevo tiempo, porque Cataluña merece ser un país de primera dentro de Europa, empezando por la plena recuperación de sus derechos y el control pleno de su economía. Por ahí se empieza. Y por eso, sus estatutos señalan que sus metas es conseguir un país independiente. Junts presenta a Pedro Sánchez un memorial de agravios que debe corregir si quiere algo de ellos. Y empieza por reparar lo que consideran que fue la vulneración de sus derechos fundamentales, reprimidos por el Estado aquel 1 de octubre de 2017 y todas sus secuelas. Es la ocasión ahora no sólo de pasar la factura, sino aprovechar la situación para resaltar el valor de Cataluña como nación y proyectarla hacia la sociedad internacional. Y deja claro que, para alcanzar la independencia, enfrentados al Estado español, Junts recurrirá a todas las acciones políticas necesarias para hacer efectiva la independencia.

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