Opinión

la provincia

Javier Losada, aunque con formación como médico especialista en anestesia, es un político profesional y eso se nota. Ha sido casi todo en su particular cursus honorum: alcalde de A Coruña tras la marcha de Paco Vázquez, y también senador, diputado en el Parlamento de Galicia y ahora delegado del Gobierno, cargo al que ha dado otro fuste. Justo lo contrario que los delegados nombrados por el PP, siempre de corte técnico y perfil bajo. Ha ocurrido también en el Consorcio Zona Franca: Teresa Pedrosa se ocupó de hacer un trabajo la mayor parte de las veces oscuro y de despacho, y muy eficiente, en tanto que su sucesor ha optado por primar la proyección política del puesto. Y no es una crítica, sino una observación.
Desde este punto de vista, resulta normal que Javier Losada tenga una agenda constante y visible, frente al delegado anterior, cuya presencia era escasa y la mayor parte de las veces irrelevante. A Losada  le gusta el contacto con los medios y tiene notable facilidad para comunicarse con ellos. Se nota y se agradece.
Lo que sigue sin resolverse, y no es un problema de Javier Losada sino fruto de una inercia abrumadora de casi 200 años, es no entender que la provincia de la que ayer habló el delegado del Gobierno es dual y que nunca funcionará el sujeto político "Pontevedra" salvo a la hora de confeccionar listas electorales. Sólo si se trata en términos de la provincia de Pontevedra y Vigo o si se quiere de las Rías Baixas, podría organizarse el territorio como un todo coherente. Si se empeña en hablar de Pontevedra y los pontevedreses como una unidad, la mayor ciudad de Galicia y todo su área no se dará por aludida. Ayer en Pontevedra, donde se encuentra la Subdelegación del Gobierno, se nombró mucho la Boa Vila. Y poco a Vigo, ciudad que una vez más parecía ausente o peor aún, invisible, anónima. Continuará... 

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