Alma, corazón y vida

Iago Aspas conduce el balón ante Sergio Ramos en el partido disputado ayer en Balaídos.
photo_camera Iago Aspas conduce el balón ante Sergio Ramos en el partido disputado ayer en Balaídos.
Si todos los futbolistas del Celta aunaran el talento y la entrega que exhibe el moañés en cada partido, el equipo celeste sería imparable.
Aspas no tuvo ante el Real Madrid su mejor tarde, ni mucho menos, pero casi todo el peligro que generó el conjunto vigués pasó por sus botas y además se convirtió en el primer defensor al ordenar una presión que, sin la colaboración del resto de los atacantes, el Real Madrid superó casi siempre con comodidad. El encuentro del morracense empezó tras el primer gol del Real Madrid, cuando entró en contacto con la pelota por primera vez. A la media hora, protagonizó una extraordinaria contra por la banda derecha que culminó con un pase al Toro Fernández que el uruguayo no supo aprovechar. Todavía en el primer tiempo, dio el pase a Brais Méndez para que marcase el gol que acabaría anulando el VAR y en la segunda mitad, se desmarcó de la defensa madridista para recibir sendas asistencias de Denis Suárez que en esta ocasión no supo concretar ante un Courtois que mostró su mejor cara en Balaídos. Peleado con el gol, dispuso de otra ocasión en el minuto 72 al terminar un contragolpe con un disparo que salió rozando el poste. No marcó, pero la zaga del Real Madrid sufrió de lo lindo con las acciones de Iago Aspas. n

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