Tras recibir el aval del Tribunal Supremo, la Xunta ha vuelto a poner sobre la mesa la obligación de contar con el pasaporte covid de vacunación, prueba negativa o haber superado la enfermedad para acceder a determinados espacios.
Si bien su uso en bares y restaurantes ya está descartado, el Conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña aseguró ayer en Vigo que “hay otros ámbitos como el ocio nocturno donde el propio sector reclama el uso del certificado” así como en “las residencias sociosanitarias o las visitas a los hospitales, creímos en el certificado en un primer momento y seguimos creyendo ahora”.
Tras participar en un acto con motivo del Día Mundial del Donante de Médula Ósea en la Farola de Urzáiz, Comesaña también valoró la apertura la posibilidad de que los pacientes puedan pedir una cita presencial con su médico de cabecera o pediatra a través a través de internet o de la central automática de llamadas. “El viernes los gallegos pidieron un 47% presenciales por este formato, pero la mayoría siguen acudiendo a los centros de salud, nuestra conclusión es que aunque están abiertas en este formato digital la demanda no superó las previsiones y se mantuvo en el mismo entorno que el día anterior cuando no estaban accesibles en este formato”, señaló el conselleiro.
En este sentido, Comesaña aseguró que recuperar este tipo de atención “es cuestión de normalidad, pero no demonizamos la no presencial”, destacando su utilidad para renovar recetas o realizar otro tipo de trámites similares con el objetivo de “desburocratizar los centros de salud”. La Xunta se ha marcado el objetivo de realizar un 60% de las consultas de forma presencial antes de que acabe el año.
