Menos Vilaboa, los nacionalistas vencieron en Vigo, Redondela Soutomaior, Moaña y Cangas y el PSOE perdió Fornelos
Los populares de Alfonso Rueda no solo ganaron en las elecciones gallegas en la provincia, sin retrocesos, sino también en el área viguesa, donde se impusieron en 22 de los 27 municipios. A pesar de esa victoria, el PP no logró conquistar la Ría, convertida en zona nacionalista. A excepción de Vilaboa, el BNG fue la primera fuerza en Vigo, Redondela, Soutomaior, Moaña y Cangas, en un avance espectacular que dejó KO al PSOE, el gran derrotado en los comicios del domingo.
Si hace cuatro años, al PP solo se le resistieron dos municipios del área y un tercero en el norte de la provincia, en esta ocasión la fuerza de Ana Pontón amplió esa diferencia hasta los cinco. Los populares mantuvieron la hegemonía con una diferencia de 7.528 votos respecto a los nacionalistas, que duplicaron en votos al PSdeG de Besteiro, apenas llegó en los 27 municipios a los 50.000 votos.
El batacazo socialista se dejó notar con la derrota en Fornelos de Montes, un feudo en el que el PSOE siempre ganaba en cualquier circunstancia. Los populares por primera vez y por una treintena de votos arrebataron la victoria en este municipio, en el que casi de forma excepcional los de Pontón quedaron como tercera fuerza.
El PP se colocó como partido con más apoyos en cinco de los siete concellos gobernados actualmente por los socialistas, además de Fornelos, en Nigrán, Gondomar, Tui, A Cañiza, mientras que los otros dos, Redondela y Vigo pasaron a manos del BNG, en lo que fue una victoria histórica en número de votos obtenidos.
Tras los resultados del domingo, el mapa del área y de la provincia deja fuera al color rojo socialista, que obtiene uno de los peores resultados en lo que hasta ahora era considerado su “granero de votos”.
La formación de Yolanda Díaz con Marta Lois como candidata a la Xunta fue totalmente residual. Sin lograr representación en el parlamento gallego, el número de votos conseguidos en el territorio del área se quedó por debajo de los 5.000, solo 4.757 vecinos le dieron su apoyo, un porcentaje mínimo que se sitúa incluso por debajo de Vox. Los de Abascal lograron 3.000 votos más que la formación rosa con un total de 7.179 papeletas que eligieron al candidato Álvaro Díaz-Mella, un resultado mínimo que sitúa a estas dos formaciones a más de 40.000 votos de diferencia del tercer partido, el PSOE.
Mucho peor si cabe le fue a Podemos. La escisión de las formaciones de izquierda dejaron a la formación morada con un puñado de votos en los 27 municipios, con poco más de un millar y por debajo incluso del Partido Animalista, Pacma, que obtuvo 400 más apoyos.
Las elecciones gallegas dejaron un panorama muy distinto al de hace cuatro años, pese a que el PP se mantuvo firme logrando mantener los 11 diputados por la provincia de Pontevedra y con más votos que en los comicios de la pandemia. El impulso de Ana Pontón arrebató dos representantes a los de Gómez Besteiro, que se quedaron con tres diputados, frente a los cinco conseguidos hace cuatro años.
La participación se elevó en más de 16 puntos, con un 67% de votantes movilizados frente a las elecciones autonómicas anteriores marcadas precisamente por la alta abstención. Dicha movilización benefició a la izquierda nacionalista que se quedó a 7.500 votos de los populares.
