El colapso del tráfico del viernes en hora punta no tuvo nada que ver con las luces de Navidad ni la llegada masiva de portugueses. El tráfico denso en la zona centro de Vigo se debió al cierre total de uno de los carriles del túnel de Beiramar y, desde Areal hasta Teis, estaba totalmente cortado.
El colapso se agrandó también al coincidir con la salida del trabajo, el término de una jornada de playa inesperada y la operación salida de Semana Santa. En esta ocasión, la clausura del subterráneo entre las 19 horas del viernes y las 6 horas del domingo no se debió a un servicio de mantenimiento cualquiera, sino a una de las peticiones más demandadas por los conductores vigueses.
Durante ese tiempo, se procedió a la reparación del firme, completamente destrozado y que causaba un estropicio a cualquier vehículo que pasase por allí, especialmente en la rotonda de la AP-9 desde donde se puede acceder a Guixar, Beiramar y Teis, además de a la autopista.
El domingo por la mañana, la circulación por una de las vías más transitadas de la ciudad, por donde pasan un millón de coches al mes, junto con la avenida de Madrid, volvió a la normalidad con nuevo tapete para los conductores vigueses.
