A punto de cumplirse 19 años de la fatídica mañana de abril en la que Manuel Salgado fue asesinado en un garaje de la calle Rosalía de Castro de un tiro en la nuca, la acusación particular da un nuevo paso para tratar de esclarecer lo que ocurrió pidiendo que declaren como investigados la exmujer de la víctima y sus dos hijos. Así lo confirmó ayer el despacho criminalístico-juridico Balfagón-Chippirrás, que colabora con la hermana y sobrinos de Salgado tras la reapertura del caso.
La solicitud, aún pendiente de ser aceptada por el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, se realizó con el objetivo de aclarar las dudas que surgieron durante los últimos interrogatorios practicados desde que se levantara el archivo provisional del caso. Según el despacho criminalístico, estas declaraciones dejaron indicios “suficientes” para que tanto la exmujer como los dos hijos de la víctima acudan a dependencias judiciales en calidad de investigados. Mientras que la expareja de Salgado ya mantenía su condición de imputada desde que se reabrió la investigación –había sido detenida junto a su entonces compañero sentimental en 2004 pero fue liberada sin cargos–, sus dos hijos nunca acudieron a declarar como investigados por el crimen. Según uno de los últimos informes policiales, los tres rechazaron prestar declaración en comisaría cuando se retomó la investigación en 2022.
A lo largo de estos escritos se deja constancia de que una de las hipótesis con las que trabaja la Policía es que todo apunta a que quien disparó la bala que acabó con la vida de Manuel pudo haber sido una persona muy próxima a él debido a una serie de factores, como la imposibilidad de pasar desapercibido en aquel garaje. Además, la investigación también tiene en cuenta la posible participación del hijo, quien, en estos 19 años, nunca ha prestado declaración sobre el caso y a quien algunos testigos apuntan en algunos de los interrogatorios. Una de las últimas declaraciones en sede judicial sobre este crimen fue la del investigador condenado en 2004 por escuchas ilegales a Salgado, pero no logró arrojar luz sobre el caso. La acusación había hablado entonces de “una cortina de silencio y miedo a hablar” entre los testigos de este crimen sin resolver.
