Macarena Estévez es matemática, empresaria, asesora de empresas tecnológicas, experta en inteligencia artificial y cada año imparte cientos de charlas por todo el mundo. Esta semana ofreció una conferencia en el Foro de la Universidad Intercontinental de la Empresa.
En su conferencia habló sobre la forja de una nueva amistad con la inteligencia artificial. ¿Cómo puede ser eso?
Hay dos tipos de inteligencia artificial, la predictiva, que puede hacer sistemas de recomendación, cuando entras en Netflix y aparecen películas que te gustan. Ahora surge la inteligencia artificial generativa, la que habla contigo, la que le puedes pedir que cree imágenes, te enseña a programar, no se enfada, te habla en el tono que te gusta.
¿Cómo podemos utilizar esta inteligencia artificial para que sea beneficiosa para los humanos?
Lo más interesante es usarla con las cosas que tú ya sabes y para aumentar el conocimiento que ya tienes. Si eres pintor te va a enseñar a pintar mejor. Vas a poder hacerle preguntas, pedirle ayuda para hacer cosas más grandes. Lo que no tiene mucho sentido y es peligroso es cuando una persona que no sabe de un tema, por ejemplo de una enfermedad, le preguntas y tienes la sensación de que te está hablando un médico colegiado y resulta que no. Como no sabes te vas a creer cualquier cosa y eso es peligroso.
Pero los seres humanos tendemos a ese tipo de peligros. ¿Cómo evitar malas conclusiones?
Hay que formar mucho a la gente en el uso de esta inteligencia artificial y no es fácil. El problema no es con nosotros, que somos adultos. Es con la gente joven, con los niños, que pueden tener una relación de confianza estrecha. Porque ni tú ni yo confiamos en estas IA, porque no hemos nacido con ellas, sabemos lo que es razonar. Pero los niños tienen una confianza desde el inicio. Eso tiene un riesgo. A los niños hay que formarlos. Porque según tú vas confiando en la IA vas dejando de pensar, de hacer esfuerzo. El ser humano sin darse cuenta cada vez piensa menos y nuestro liderazgo como raza humana viene del pensamiento y de la capacidad de crear ideas. Si lo perdemos, las máquinas puedan llegar a tener un dominio sobre nosotros.
¿Qué opinión tiene sobre las nuevas tecnologías en los colegios?
Bien, pero con cuidado. El niño tiene que aprender a tener pensamiento crítico, a memorizar aunque sienta que no le sirve para nada. Lo que le pasa a los jóvenes es que cuando le preguntas si sabe algo, los ríos de España o la historia, muchos jóvenes dicen para qué. Antes el saber te daba poder, porque no había el acceso al conocimiento tan rápido. La memoria y el razonamiento te forjan como ser humano. Ahora que tenemos a las máquinas, que van a crecer a toda velocidad y que van a ser nuestras amigas, que vamos a trabajar con ellas, si perdemos nuestra condición humana, lo perdemos todo. Es importante que en los colegios esté la tecnología, pero prevalezca enseñar a los niños a pensar, razonar y a ser seres humanos.
La inteligencia artificial tiene sus riesgos, como el desplazamiento de empleos, el sesgo algorítmico, que puede llevar a decisiones discriminatorias, o la privacidad.
Todo eso son cosas que la nueva ley europea ya ha puesto por delante, que está regulado. No es fácil pero es importante. El tema de que la inteligencia artificial nos vaya a reemplazar en los trabajos, es cierto que hay tareas que son fácilmente automatizables, pero van a surgir otras. Va a surgir otra manera de trabajar. En el peor de los casos podría llegar el ser humano a no necesitar trabajar, entonces veríamos cómo articular la sociedad para que todos pudiéramos vivir y que no afectara a nuestras vidas. De la misma manera que el trabajo ha evolucionado mucho a lo largo de la historia. El trabajo no nos define como seres humanos.
¿Y eso de que el trabajo dignifica?
Creo que nos dignifica amar, de lo que casi nadie se preocupa. Tanta inteligencia, tanta ansia por saber, por ser aumentados por la inteligencia artificial, pero nada de eso nos hace más seres humanos.
Lo de no trabajar es más desde una mentalidad occidental, porque hay muchas sociedades en África y América agrícolas, en las que el trabajo físico es importante.
Sí y también te digo que cada vez es más fácil que la tecnología llegue a esos países. Ya pasa, ves imágenes de niños en África que no tienen para comer pero llevan un móvil. La inteligencia artificial va a llegar a todos, otra cosa es quien la domine y la controle.
¿Cómo se están defendiendo los estados ante ese control?
La Unión Europea es la que ha puesto las cartas sobre la mesa y ha creado esta ley. Mucha gente se queja porque dice que va a impedir que Europa lidere el desarrollo de las inteligencias artificiales. Estoy muy orgullosa de que Europa haya dado prioridad a esto, porque sé lo importante que es. Estados Unidos está en ello. Estamos en un momento histórico muy difícil para el consenso y en particular de la IA. Cualquier acuerdo mundial ahora es imposible y esto es un riesgo, porque si nosotros tenemos nuestras leyes, pero en China o en la India están desarrollando sin ley, de poco va a servir nuestra ley. Pero es un principio.
Ha habido polémica en España por una empresa que estaba recabando datos biométricos del iris. ¿Qué riesgo supone este tipo de iniciativas?
Está el riesgo y el avance científico. El riesgo es que eso es información personal que nunca piensas que van a hacer nada malo. Pero imagina que dentro de unos años hubiera otra pandemia y se detectara que individuos con un código genético se contagiaran más y eso diera que yo que me he hecho un análisis de sangre con mi código genético y me dijeran que no puedo salir de casa. ¿Hasta qué punto coartan nuestra libertad?
¿Cuál es el reto más importante de la IA?
Controlarla. La IA crece descontroladamente y este es el problema. Más rápido que los gobiernos y las leyes para regularla. Y te lo digo yo que soy del bando de los buenos. Pero imagínate lo que puede estar pasando en el bando de los malos.
Da cientos de conferencias por todo el mundo. ¿Qué le pregunta la gente, qué le preocupa?
Hay mucha gente que siente que nunca van a estar ahí. Que todo esto es para los matemáticos, físicos o ingenieros. Pero que va, Estas inteligencias artificiales a quien más van a ayudar a conseguir grandes cosas es a la gente que no tiene ese tipo de formación.
Es una relación amistosa pero vigilante.
La IA no es el enemigo. La hemos creado nosotros. Llegaremos a tener robots que sean niñeras, claro. ¿Alguna vez ese robot amará a un bebé? Nunca. ¿Y el bebé, amará al robot? Amará al robot ¿Qué implicaciones tendrá? Las tendrá ¿Cambiará el ser humano como especie? Cambiará. A lo largo de la historia el ser humano ha cambiado mucho, pero lo que nos pasa ahora es una mutación. Vamos a ser seres distintos, sobre todo cuando tengamos tecnología dentro que nos haga vivir mucho más.
