El equipo policial encargado de la investigación sobre la desaparición y muerte de Déborah Fernández en 2002 tendrá que explicar al juzgado qué ocurrió con la revisión inicial del teléfono móvil de la joven y con la elaboración del acta sobre la recogida del disco duro del ordenador, cuyo original desapareció en unas inundaciones en Comisaría. La titular de Instrucción 2 de Tui así lo solicita en una reciente providencia que da respuesta a la petición realizada hace tres meses por el equipo legal de la familia.
El juzgado libra oficio a dicho equipo para aclarar dos cuestiones controvertidas en una investigación que lleva doce meses estancada. El primer asunto por el que tendrá que responder la Policía está vinculado a una referencia que se incluye en un atestado respecto al móvil. En él se recogía el resultado de una inspección visual tras los hechos, haciéndose mención a un correo eléctrico vinculado al teléfono, algo imposible para la acusación particular teniendo en cuenta que hace dos décadas dicha tecnología virtual no había llegado a los móviles. La jueza solicita que especifiquen si dicha referencia se vincula al teléfono o a un ordenador y en su caso a cuál.
El otro punto a discernir tiene que ver con el acta de recogida del disco duro del ordenador de la joven, algo que aparentemente carecería de importancia si no fuera porque el informe de los peritos técnicos de Lazarus Technology concluyó una manipulación de dicho disco duro después de ser entregado a la Policía. Tras conocerse el informe, se solicitó documentación sobre la cadena de custodia pero la Policía presentó un documento elaborado ya que el acta original desapareció durante unas inundaciones. Ahora, la instructora solicita a los investigadores que informen si conocen el documento base sobre el que se hizo el acta de recogida presentado.
Las desventuras del teléfono y el ordenador que pertenecieron a la víctima enredaron todavía más una investigación con más sombras que luces. Durante años no se supo nada del contenido del disco duro y del paradero del móvil que, sorprendentemente apareció en septiembre de 2022 junto a unas cajas con otros efectos del caso durante una mudanza en la comisaría de Canillas, en Madrid. Para colmo de males, el terminal estaba sin tarjeta SIM. Ahora, es el mismo laboratorio forense de Lazarus Technology quien trata de obtener información del mismo probando con prototipos similares.
