La mujer, trabajadora del Sergas, y que se enfrenta a cuatro años de prisión y 9 de inhabilitación, reconoció haber accedido a la historia médica de su hija pero aseguró que “siempre con su consentimiento y porque ella me lo pidió”.
Ante el tribunal de la sección quinta, afirmó que la relación con su hija es difícil y que ella actúa manipulada por su pareja.