Cuando Celia Gámez se despidió de Vigo

Retrato de Celia Gámez.
photo_camera Retrato de Celia Gámez.

A veces yo mismo me asombro, repasando mis archivos, haber conocido y entrevistado a personajes míticos, como la famosa Celia Gámez. Trabajaba yo entonces en Radio Popular de Vigo, cuando el librero Raimundo Patiño, lucense de pro él, de Monforte de Lemos, por cierto, me avisó de que se encontraba en Vigo Celia Gámez, acompañada por una tía suya, gran amiga de la artista, con el fin de embarcarse para Buenos Aires.

Retrato de Celia Gámez.
Retrato de Celia Gámez.

Aquella gran artista sentía pavor a los aviones, así que hacía en barco todos sus viajes de ida y venida a la Argentina. Era el año 1976. Como lo que a mí me interesaba, ante todo, era entrevistar a la diva, su acompañante (una señora sesentona muy enjoyada, con aspecto de haber vivido a tope y que se confesó íntima de Emilio Romero) me advirtió previamente que me abstuviera de preguntarle nada relacionado con la edad, ni siquiera tangencialmente. Recogí a Celia Gámez en el hotel donde se alojaba. La noté gruesa, fondona, muy mayor. Vestía un conjunto de pantalón y chaqueta azul con una blusa de seda blanca. Me acuerdo, sobre todo, de un pañuelo anudado al cuello, que le daba un toque característico y guapo.

No solamente le hice la entrevista para la radio, sino que les serví de chófer por la ciudad y Castrelos. Por cierto, que había oído que la Gámez era algo tacaña. Pude comprobarla. A pesar de que las llevé al "Mosquito", entonces y ahora una de las mejores marisquerías de la ciudad, no me invitaron ni a una taza. Y no es que eso me importara, era que era lo procedente después de mis favores. En todo caso, hubiera querido disfrutar un poco más de la conversación de aquella interesante mujer, más allá de la mera entrevista radiofónica. Todavía la conservo.

De todos modos, resultó emocionante aquella experiencia. De Celia Gámez habían escrito en la revista "Destino" que, de habérselo propuesto, "hubiera podido detener el sol en su carrera". Copiemos lo que sus coetáneos escribían de ella en su momento de mayor esplendor: "La popular vedette posee una habilidad especial para "domesticar" el tiempo, para racionalizarlo, para sacarle mayor jugo posible. Ha sabido conservarse, adaptarse y renovarse, y causa verdadero asombro su capacidad para cambiar de ritmos y estilos". Fue aquéllla una entrevista amable que se conserva en el Arquivo Sonoro de Galicia, en la que me hablaba de su vida, de los vestuarios de sus revistas que conservaba en Madrid, y del grato recuerdo que guardaba del publico de Vigo. Por eso, antes de embarcarse, pasó varios días en nuestra ciudad. Lo cierto es que mientras otras artistas pasaron al olvido, ella siempre fue recordada, como nosotros lo hacemos ahora. Murió en un asilo de su país, sin saber ni tan siquiera tan era, aquejada de esa terrible enfermedad que borra la memoria de uno mismo.

En aquellos años cincuenta y primera mitad de los sesenta, nuestra ciudad figuraba en el circuito obligado de las grandes compañías de revista, teatro y variedades que, tras los estrenos de Madrid, salían de gira por "provincias". Muchos años después tuve ocasión de hablar con algunos tramoyistas, carpinteros y maquinistas de algunos teatros por donde paso, a propósito del mal genio que se gastaba la dama. Realmente se le notaba mucho brío. Lo han confirmado algunos personajes conocidos que fueron sus "bois", como el mismísimo José Manuel Lara, el dueño de "Planeta", y el actor Tony Leblanc. A las chicas también las traía a raya. Era una perfeccionista y un poco sargento con su gente. Dicen _y comprobé_ que era tacaña, aunque tenía buen corazón. Invertía mucho en cada espectáculo y quería que todo estuviera a su gusto. Lo cierto es que gastaba una fortuna en cada revista y quería que todo luciera. Presumía mucho de haber conseguido que las señoras fueran al teatro. El día que la entrevisté en Vigo me dijo que no le gustaban nada los espectáculos chabacanos de nuestros días y que las vedettes debían mostrar algo, “pero no todo”, que ahí estaba el encanto.

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