Aumentan en Vigo los borrados de tatuajes por mala praxis

Roid, de Xeitoso INK, realiza un trabajo de cover en un cliente en su nuevo estudio ubicado en Teófilo Llorente.
photo_camera Roid, de Xeitoso INK, realiza un trabajo de cover en un cliente en su nuevo estudio ubicado en Teófilo Llorente.
Los estudios han detectado una mayor demanda pese a que el láser puede dañar la piel y ser igual o más doloroso que hacerlo: “Se hacen de joven y luego se arrepienten”

El mal trabajo de un tatuador en Vigo puede costar caro. Al menos, para la piel del cliente. Estudios de tatuajes en Vigo han registrado recientemente un aumento en la demanda del borrado con láser, una técnica que consiste en hacer estallar la tinta dentro de la piel para su completa eliminación. La mayoría se está realizando por la mala praxis de otros tatuadores, con menos experiencia, aunque otros también buscan pasar al olvido por arrepentimiento, después de que el diseño pase de moda o encontrarse ya desgastado con el paso del tiempo. También son comunes la eliminación de nombres de exparejas, aunque los propios centros desaconsejan tatuarse ese diseño desde el primer momento. 

 Hugo, del estudio Perragorda, aseguró que el arrepentimiento de los clientes hace que la demanda haya aumentado, al igual que la pérdida del miedo al dolor que produce el láser: “Solo es el primer pinchazo, luego ya la piel se acostumbra”.  Indicó que el dolor es soportable, aunque “es más intenso que cuando te tatúan”. El paso del tiempo o la mala ejecución hace que los tatuajes pierdan firmeza y color, lo que hace que el cliente “venga a quitarlo para luego hacerle algo más fino y nuevo. Algunos, si quieren tatuarse una zona y tienen alguno pequeño que no cuadra con el boceto que quieren, primero se hacen el borrado”. Otro clásico es eliminar nombres de exparejas que, fruto del amor, se graba a tinta en alguna parte del cuerpo. “En chicas es habitual que se elimine en la parte alta del culo o dorsales”, señaló Hugo. 

Roid, de Xeitoso INK, realiza lo denominado cover (cubrir el tatuaje antiguo con otro diseño) porque “no recomiendo el láser. Daña mucho la piel y el dolor es importante. Además, puede que no se consiga los resultados deseados”. El tatuador, uno de sus especialistas en esa modalidad, incide que pese a la dificultad que entraña tapar un tatuaje con tinta y que quede decente, “siempre se puede conseguir. Tiene sus limitaciones y, en algunos casos, es estremadamente difícil”. Normalmente los clientes acuden a eliminar el grabado o cubrirlo por “un mal trabajo o empezar en empleos de cara al público, que tienen que taparlos para ejercer su profesión”.

El precio ronda los 150 euros, aunque la realización de varias sesiones puede hacer que ese coste se eleve. Soraya, del estudio Safir, cuenta con una trabajadora autónoma que realiza ese tipo de borrados porque “algunos son horrorosos y, aunque normalmente recomendamos hacer un cover, cada vez más gente quiere hacer unas sesiones de láser para eliminarlo. E irá a más”. Por ello, antes de hacerse un dibujo en la piel hay que “pensarlo bien. Te los haces de joven y luego quedan muy desgastados. Sobre todo los de gran tamaño”. La técnica, aunque parece compleja, es sencilla: se adormece la piel con anestesia local para, con una máquina de láser reglada, aplica un potente pulso de energía que calienta la tinta y la hace explotar. Lo complicado viene después. “Puede ser que luego haya sangrado y que la cicatrización se alargue unas 2 o 3 semanas”, afirmó Hugo. 

Esta nueva oferta está haciendo que no solo estudios de tatuajes se especialicen en el borrado. Los centros de estética también se están apuntando a la moda de eliminar los grabados en la piel, encontrando ahí un nicho de mercado que parece que se ha asentado en Vigo.

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