Paz Otero Fuertes, del Grupo de Investigaciones Agrarias y Alimentarias de la UVigo, fue reconocida recientemente por la revista “Toxins” como mejor investigadora joven del año 2022 en el campo de la toxinología, esto es, la rama de la toxicología que estudia las biotoxinas producidas por animales, plantas o microorganismos.
“La verdad es que no me lo esperaba”, señala la joven científica, pues este es el último año en el que le podían otorgar este reconocimiento, pues se concede a investigadores que hayan leído su tesis doctoral en los últimos diez años y en el caso de Paz fue en 2013. Otero valora este galardón de manera “muy positiva”, en especial porque asegura que “hay mucho desconocimiento sobre las biotoxinas, cómo estas llegan al mar o su impacto en el organismo”.
Se trata de un premio a una carrera postdoctoral de 10 años que comenzó en la USC, le llevó al Limerick Institute of Technology irlandés y pasó por la Universidad Autónoma de Madrid antes de volver a Galicia con un contrato Juan de la Cierva en la USC tras el que recaló en la UVigo en 2020. Eso sí, ella aclara que lleva investigando sobre biotoxinas desde el 2006.
Uno de sus hallazgos más destacados, como ella misma indica, es la detección, por primera vez, de la pinatoxina G en mejillones gallegos “a niveles bajos”. Estas sustancias “no son muy tóxicas por vía oral, sobre todo en estas cantidades”, precisa Otero, pero sí que se conoce que en muy elevadas concentraciones pueden suponer un problema si se ingieren. Hasta ahora, solamente se ha vinculado a dermatitis aparecidas en Cuba tras bañarse en aguas con presencia de dicha toxina.
Sin embargo, desde su llegada a la UVigo ha dejado un poco a un lado su trabajo en biotoxinas y se ha centrado en el proyecto “Up4Health”, que consiste en la valorización de subproductos alimenticios de aceitunas, uvas y almendras que tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias o antimicrobianas.
En el edificio Citexvi, donde trabaja Paz bajo la supervisión de Jesús Simal, el grupo de investigación se encuentra trabajando “en un laboratorio nuevo para seguir creciendo como grupo y poder abrir nuevas líneas de investigación”. En el mismo edificio está el Laboratorio Europeo de Referencia de Biotoxinas Marinas, con el que Paz está “abierta a cualquier colaboración”.
