Practicar ejercicios de fuerza ayuda a enfermos de cáncer

El ejercicio de fuerza en personas con cáncer ayuda a prevenir la sarcopenia.
photo_camera El ejercicio de fuerza en personas con cáncer ayuda a prevenir la sarcopenia.
Expertos señalan que la tolerancia al tratamiento se vuelve mejor y ayuda a la supervivencia

El ejercicio de fuerza tiene numerosos beneficios para los pacientes oncológicos tanto durante el tratamiento como tras superar la enfermedad ya que, según asegura la jefa del Servicio de Oncología del Hospital Universitario QuirónSalud, la doctora Lucía González-Cortijo, “la tolerancia al tratamiento es mejor en los pacientes que hacen ejercicios de fuerza”.

Asimismo, la experta apunta que en algunos tipos de cáncer como el de colón o el de mama el ejercicio físico demuestra beneficios en tres contextos: “en la prevención, se ha visto que las personas que hacen ejercicio físico tienen menor riesgo de tener un cáncer”; en los pacientes que están recibiendo tratamiento “se ha visto que la tolerancia es mejor, tienen menor toxicidad y por lo tanto pueden recibir un tratamiento a dosis plenas y dosis adecuadas”; y, por último, “el ejercicio físico ha demostrado un beneficio en supervivencia”.

“En cáncer de mama se ha demostrado que las pacientes que hacen un ejercicio combinado de fuerza y aeróbico después de su diagnóstico disminuye el riesgo de recaída y por tanto de mortalidad”, asegura la doctora Lucía González-Cortijo.

Hace unos años a los pacientes oncológicos se les recomendaba pasear o caminar de forma moderada para mejorar su estado físico y emocional durante su tratamiento. Sin embargo, ya existe mucha evidencia sobre la importancia de la realización de ejercicio de fuerza para evitar uno de los principales males que afectan a estos enfermos: la sarcopenia.

“El encamamiento y la vida sedentaria llevan a nuestros pacientes a una situación de fatiga que se asocia a una pérdida de masa muscular que se denomina sarcopenia. Los pacientes con sarcopenia toleran peor los tratamientos y tienen peor pronóstico”, explica la doctora Lucía González-Cortijo.

Así, detalla que el beneficio del ejercicio de fuerza se basa “en el hecho de que la contracción muscular genera sustancias en la sangre que activan las células del sistema inmune que ofrecen una acción directa antitumoral”.

Por su parte, el jefe del Servicio de Rehabilitación, Medicina Deportiva y Fisioterapia del mismo centro, el doctor Luis Serratosa, recalca que la sarcopenia o pérdida de masa muscular “es muy frecuente en pacientes oncológicos y empeora su calidad de vida de forma significativa”.

“El ejercicio de fuerza, ya sea soportando el peso propio del cuerpo, con pesas, máquinas o con bandas elásticas contribuye a mantener y mejorar la masa y la fuerza muscular por medio de múltiples mecanismos entre los que destacan el efecto positivo en la regeneración de las fibras musculares, una disminución en su degradación, una mejora en la función muscular y neuromuscular y una disminución del grado de inflamación sistémica”, explica el doctor Serratosa.

La práctica de ejercicio de fuerza produce factores denominados miocinas que ejercen no solo su acción beneficiosa de forma local, sino también en tejidos distantes.

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