el legado cultural

La cara oculta de las Cíes

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Las Cíes no son solo una naturaleza única, que ha llegado hasta nuestros días en un estado casi virgen y salvaje. Son también un espacio que guarda un gran legado cultural y en el que podemos conocer el uso que le ha dado el hombre a lo largo del tiempo, ya desde la más remota antigüedad. Conocido es que estas islas suscitaron la admiración de los romanos, que las conocía como “Islas de los Dioses”, pero su ocupación se remonta a mucho antes. Por aquí pasaron tribus celtas galaicas, piratas, monjes y gentes que se dedicaban a la pesca y la salazón.
Los asentamientos humanos y las actividades económicas asociadas al litoral de las islas Cíes datan de antes del período de la colonización romana. La presencia humana está documentada desde el Paleolítico, a partir de un bifaz camposanquiense, un pico raspador y unas “poutadas” (aparato formado por dos palos en forma de cruz con una gran piedra en el centro, que se usaba para fondear pequeñas embarcaciones).
Se han registrado en las islas evidencias de asentamientos de la época romana, tales como ánforas, materiales de construcción como tégulas e ímbrices, cerámicas, así como un particular aro, hallado en la zona de Muxeiro

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Los hallazgos encontrados en estos restos (depósitos de conchas y remanentes de peces y mariscos) son un testimonio de que sus habitantes explotaban los recursos de estas aguas y, de que, probablemente, tenían relaciones comerciales con los habitantes de la costa.
El archipiélago acoge también los restos de un castro, el Castro das Hortas, donde se documentaron restos de macromamíferos marinos y varias especies de moluscos, datos todos ellos que demuestran la existencia de actividad pesquera en épocas prerromanas. En este castro se documenta la presencia de restos de una línea de anzuelos y de diversas especies tradicionalmente explotadas (besugo, maragota, jurel, pargo, faneca, merluza). Existen referencias a ocupaciones correspondientes a fases posteriores, pero apenas hay trabajos arqueológicos sobre estas evidencias.
Las Cíes fueron habitadas por monjes de diversas órdenes. De estas sucesivas ocupaciones quedaron como pruebas los monasterios de San Estevo -en la Isla de O Faro- y de San Martiño -en la isla de su nombre- así como una fábrica de salazón-
Durante el siglo XVI las islas se despoblaron como consecuencia de los continuos ataques de los piratas turcos, tunecinos e ingleses. Debido a estos ataques, en el siglo XIX se llevaron a cabo varios planes de fortificación, a través de la construcción de un almacén de artillería, un cuartel de Carabineros y una cárcel en los alrededores de la playa Nosa Señora.
En el siglo XX fue en aumento el interés turístico de las clases más acomodadas. Fue a partir de la década de los 50 del siglo pasado cuando despertó la actividad del turismo, que llega hasta nuestros días..
Para descubrir este legado cultural, el Concello ha recurrido al cronista oficial de Vigo, Ceferino de Blas, colaborador del proyecto de Candidatura de Cies Patrimonio Unesco, quien deja interesantes reflexiones sobre el enorme patrimonio cultural de las islas. Este historiador y periodista ha publicado con el Ayuntamiento un completo libro que recoge la historia del archipiélago.

Las islas de los poetas

E l inmenso patrimonio cultural que atesoran estas islas, según destaca el cronista oficial de Vigo,  es múltiple, y abarca todas las disciplinas, incluida la literatura en sus diversos géneros.
Las Cíes han inspirado al mundo de la literatura a lo largo de la historia.  Las primeras referencias poéticas hay que buscarlas en   los trovadores de la ría, Mendiño y Martín Codax (siglo XII), cuyas ondas se mecen desde las islas. John Milton, el célebre autor del “El Paraiso perdido” , que estuvo con una flota inglesa en la ría, en el siglo XVII,  también alude a las Cíes y al fuerte de Bayona, en un poema, a propósito de un joven compatriota muerto aquí.
El escritor José María Castroviejo, en el siglo XX, se sumó Cunqueiro en el oficio de narrador de nuevas leyendas, y ambos no desaprovecharon la ficción de las ciudades sumergidas para adentrarse en sus misterios. Lo corrobora Darío Alvarez Blázquez, aludiendo a la visita a la isla Norte de los poetas del III Congreso Internacional a Cíes. Fue el acontecimiento literario más importante habido en Galicia, que ensambla definitivamente a las islas con la literatura, en especial con la poesía.
 

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