Una de las profesiones que más demanda año tras año la industria es la de soldador y en Vigo se está formando una buena cantera de profesionales para trabajar en el naval, la automoción o en las energías renovables con el ‘boom’ de la eólica terrestre y la marina. “Hay muchísima demanda, es una profesión muy especializada y las empresas buscan talento”, indica Beatriz Couñago, director adjunta de Grupo Tesol y de Formavigo, su división de formación en el campo de la soldadura, que está considerada como un referente a nivel nacional.
De sus aulas salieron profesionales que trabajan en astilleros gallegos, en la industria eólica noruega o en la automoción alemana. Otros participaron en proyectos internacionales de gran envergadura como la instalación de una refinería para Canadá. “Hay un alto grado de empleabilidad”, respalda la directiva, que supervisa la formación en el taller. Junto a él, su padre Fernando Couñago, el fundador del grupo y todo un referente en el mundo de la soldadura con más de 40 años de experiencia y un fiel defensor de las nuevas tecnologías. “Nadie sabe más que él”, apunta su hija sobre el que está considerado como uno de los pioneros en la investigación de equipos de soldadura automatizados.
Por las aulas de Formavigo pasan anualmente unas 60 personas desempleadas, una cifra que asciende al centenar con trabajadores de empresas que buscan reciclarse y diversificar. La formación dura entre seis y siete meses. Luego, a rodar. “Para ser un buen soldador, tiene que gustarte porque es un trabajo difícil y sacrificado", explica Cándido González, uno de los profesores de la escuela con más de cuatro décadas de experiencia en el naval, en plataformas petrolíferas, centrales nucleares y térmicas. "Evolucionó mucho, las máquinas no son como las de antes. Es una profesión muy demandada, de este centro salen muy bien preparados, pero hay que darles una oportunidad laboral y tiempo para avanzar”. Lleva 20 años como docente y tiene a su cargo a 30 personas, entre ellas a dos mujeres, Evelyn y Ainara. “Son muy buenas”, dice.
Evelyn decidió formarse en soldadura por “el abanico tan grande que ofrece a la hora de buscar trabajo”. “Al principio llegué con un poco de temor, lo normal cuando empiezas en algo nuevo, pero estoy muy contenta, me adapté muy bien con los compañeros”. Ainara procede del sector de la automoción y tenía claro que “no quería encasillarme”. “Me apetecía una profesión distinta y esta lo es por ser tradicionalmente masculina, me gusta el cambio, probar cosas nuevas y que sea una profesión de futuro también ayuda".
Robots de soldadura
Tesol Group desarrolla autómatas que permiten llevar a cabo soldaduras con una mayor precisión y un ahorro de costes y tiempo. La empresa matriz del grupo fue fundada hace más de 40 años ofreciendo servicios al sector naval y con el paso de los años se abrió a otras industrias como la automoción y a nichos emergentes como el de las energías renovables. Su división Formavigo, que tiene una fundación, forma a los alumnos en el manejo de los propios prototipos diseñados por Tesol que exporta a medio mundo desde Vigo, con unas instalaciones en frente de los astilleros de Beiramar. El grupo emplea a 35 personas, con formadores, ingenieros y comerciales profesionales de soldadura.
