Sólo una cosa podría superar a la bochornosa salida de Neymar del FC Barcelona. Su regreso, negociado durante el pasado verano, con la intromisión -no menos patética- de un Real Madrid de rebajas.
Ningún club serio pensaría en recuperar a este jugador, de indudable calidad pero poca productividad. Por su indecente coste, por la forma de irse y por su impresentable representante, papá Neymar.
Pero he aquí que la directiva y algunos compañeros estaban dispuestos a recibirle. Y él se dejaba querer a ratos. Y también a otros por el Real Madrid.
Nadie pagó la claúsula y los contratos hay que cumplirlos. Neymar seguirá en París. Y tan feliz. Sólo fue un romance de verano.
Pero he aquí que la directiva y algunos compañeros estaban dispuestos a recibirle. Y él se dejaba querer a ratos. Y también a otros por el Real Madrid.
Nadie pagó la claúsula y los contratos hay que cumplirlos. Neymar seguirá en París. Y tan feliz. Sólo fue un romance de verano.