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El Porriño pesca calidad al sur del Miño

Erica Tavares, Soraia Lopes, Mónica Soares y Ana Rodrigues sostienen una bandera de Portugal antes de un                                              entrenamiento con el Porriño.
photo_camera Tavares, Lopes, Soares y Rodrigues, con la bandera de su país
El equipo de Isma Martínez cuenta esta temporada con las jugadoras portuguesas Soraia Lopes, Mónica Soares, Erica Tavares y Ana Cerqueira Rodrigues 

Talento internacional y cerca de casa. El mercado portugués, tan escaso para el mundo del fútbol, es un caladero notable para el balonmano femenino de Galicia y así lo muestra la configuración del Conservas Orbe Rubensa Porriño. En el presente curso, Isma Martínez cuenta con cuatro jugadoras procedentes del país de la ribera sur del río Miño y son deportistas con un notable peso en el equipo.
Las internacionales Soraia Lopes, que ya suma cuatro campañas en la entidad en dos etapas, y Mónica Soares, que se incorporó en el presente curso, encabezan la lista de goleadoras del club y del grupo B de División de Honor con 33 tantos. A ellas se añade la zurda Erica Tavares y la extremo y especialista defensiva Ana Cerqueira Rodrigues. 
"Ya conocía a todas las jugadoras antes de estar aquí. Tienes una confianza previa, compartes cosas y es diferente a jugar con alguien que todavía no conoces", explica Soraia Lopes sobre la circunstancia de compartir formación con compatriotas y, en algunos casos, también amigas: "Moni (Soares) y yo somos amigas desde hace tiempo. Compartimos piso en O Porriño y habitación con la selección portuguesa. Casi somos hermanas, sólo nos falta serlo de sangre". 
Ambas se conocieron, curiosamente, lejos de O Porriño, en el Madeira, donde pudieron dar el salto al primer nivel del balonmano. La extremo Lopes recaló en el Porriño para pasar por el Gijón antes de regresar. Mientras, Soares rechazó varios años la llamada de Abel Estévez. "Llevaba cuatro o cinco años intentando traerme", reconoce. Hasta que el pasado curso recaló en el Berlín, donde no encajó bien y se lesionó un hombro. Entonces, el presidente del club porriñés lo volvió a intentar y "llamé a Soraia (Lopes) porque me llevo muy bien con ella y conoce el club. Lleva mucho tiempo aquí. Conoce el club, al entrenador y a Abel Estévez. Hablé y me vine para aquí". 
Y en el club se encontraron a una Erica Tavares que, oficialmente, vive su segunda campaña en el equipo. Pero, realmente, es la primera debido a que el pasado curso lo pasó lesionada. No jugó ningún minuto. "Tener a jugadoras conocidas ayuda mucho. A Soraia ya la conocía desde el Madeira y a Mónica de la selección portuguesa. Y a Ana porque es hermana de Bárbara Rodrigues, con la que coincidí en la selección júnior de Portugal. Esto lo hizo más fácil", expresó la lisboeta, que vivió meses complicados y tener compatriotas conocidas en el conjunto le ayuda. A esto añade que, "va todo bien, dentro de lo posible. Estoy entrenando y jugando un poco más de lo que pensaba". 
Cierra el cuarteto de jugadoras portuguesas Ana Rodrigues, una veterana en el balonmano gallego porque antes de recalar en el Porriño se formó en el Atlético Guardés. "Ya me dicen que soy más española que portuguesa", reconoce riendo. No obstante, conocer el idioma facilita la relación con sus compatriotas porque, además, "es muy importante poder ayudar a una jugadora cuando llega nueva. Especialmente cuando son jóvenes, tendemos a protegerlas más porque ya tenemos una experiencia y un pensamiento más maduro. Es un poco aplicar la veteranía a un aspecto más personal porque, en lo deportivo, está el entrenador por encima de todas. Pero en esa faceta humana, sí que intento ayudar a las recién llegadas. Es algo que me gusta, intentar que las jugadoras se encuentren, a nivel personal bien, porque están lejos de su familia. Trato de que tengan ese vínculo especial para que puedan estar bien anímicamente", expresa la jugadora de Caminha. 

La selección de Portugal
En la actualidad, tanto Lopes como Soares acuden de forma habitual a la selección de Portugal. "Hablamos de la selección bastante. Yo y Mónica estamos más tranquilas porque siempre nos están llamando y trabajas con otra confianza y tranquilidad. Creo que Erica, cuando vuelva a estar bien, regresará", explica Lopes. Una circunstancia que confirma la propia Tavares al expresar que "mi idea es volver".
Por su parte, Ana Rodrigues, que apenas contó para el combinado de su país durante su carrera, expresa desde su posición que "me alegro mucho. Yo ya es un asunto que ni pienso. Me quedo contenta con ellas, la verdad. Creo que cualquier jugadora de la liga se merecería ir con la selección de su país aunque sea un partido. Lo digo por el trabajo que hacemos toda la semana, que no es lo que se muestra un sábado una hora". 
La de Caminha no escatima elogios sobre sus compañeras, al definirlas como "muy seguras. Juegan de forma inteligente y Erica, que es más joven, tiene potencia, frescura e inteligencia. Todo lo que hay que tener para ser una buena jugadora y todavía es joven. Las tres son buenas, aportan seguridad y calidad". 

El frío carácter alemán
Mónica Soares llegó esta campaña a O Porriño procedente de Berlín. "Quise ir a otra liga, a conocer otro balonmano y no me fue bien", reconoce. En primer lugar, porque "me lesioné y, después, no jugaba debido a que el entrenador no me conocía porque nunca me había visto". Y, a ello se añadió un detalle más personal. "En Alemania noté mucha diferencia con el carácter de la gente. La relación es diferente. Aquí es calurosa, te recibe bien. Pero en Alemania es diferente, no es tan cercana y, además, yo alemán no sabía nada. Fatal", expresa Soares.
En O Porriño reside a poco más de una hora de su casa y "todo es más fácil, al estar con gente conocida. Pero es cierto que este equipo te recibe muy bien. No tuve problemas con nada. Comparado con Alemania, que son muy frías, todo es completamente diferente. Soraia Lopes ya conoce al equipo y a todas, de forma que fue más fácil integrarme". 
Son detalles que sirven fuera de la pista, pero también dentro para acoplarse, hablar y subir el rendimiento colectivo. Con la aportación de las jugadoras lusas y la recuperación de Tavares, la extremo Lopes explica que "el equipo es más completo. Tiene más soluciones con jugadoras que son fintadoras, otras que son lanzadoras y también finalizadoras y con aportación de la portería. Hay un poco de todo y estamos mejor que el año pasado, en el que la plantilla era más corta. Estamos a un nivel más alto y jugando con confianza".
En su caso, regresó a la escuadra porriñesa tras pasar por el Balonmano La Calzada de Gijón, debido a que "venía de una lesión y sabía lo que me iba a encontrar en O Porriño. La verdad es que esta temporada ya pude aportar más en los partidos que llevamos que en todo el año pasado". 
Es la vida de las cuatro jugadoras portuguesas de las que dispone el Conservas Orbe Porriño en la presente campaña. Ana Rodrigues (30 años), Soraia Lopes (30), Mónica Soares (26) y Erica Tavares (24). Probablemente, es el curso con mayor relevancia en el juego del Porriño de las lusas, que ya el año anterior contaba con Lopes, Ana Rodrigues y su hermana Babi –en el balonmano portugués–, además de Fátima Suaré, que dejó el balonmano en activo. 
"Disponen de una buena generación y trabajan bien en las selecciones inferiores. Además, ellas están muy cómodas jugando aquí porque tiene la casa cerca y el idioma no es un problema", explica el entrenador, Isma Martínez.n

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