CELTA

Nunca tantos debieron tanto a uno solo

Iago aspas
photo_camera Iago aspas

Nunca tantos debieron tanto a uno solo. O pocas veces. La temporada que se cierra únicamente quedará en el recuerdo como la de la constatación de una dependencia del equipo de un solo jugador jamás vista en la historia reciente de este club.

Y eso que por aquí pasó un tal Mostovoi. Lo que ha significado dentro, sobre todo, y fuera del campo el moañés este curso es tanto que apenas se exageraría un ápice al decir que la salvación se le debe a él. Apenas nada.
Su ausencia de cerca de tres meses sirvió para demostrar ese peso en el equipo. Mientras él no estuvo, el Celta se fue hundiendo en la clasificación. Fue reaparecer él en el decisivo partido ante el Villarreal en Balaídos y renacer. Del valor de un futbolista de primer nivel mundial hablan sus 20 goles –21 con la Copa– anotados en 29 partidos. Pero, sobre todo, sus lágrimas al final del mentado encuentro ante el Villarreal, que regaron el ánimo de la afición y la capacidad de reacción del grupo. Un jugador diez.

Te puede interesar