NATACIÓN

El efecto mariposa

Miguel (d.), con su compañero en el Canoe Álex Armstrong (i.) y el técnico del Náutico Sergio Silva.
photo_camera Miguel (d.), con su compañero en el Canoe Álex Armstrong (i.) y el técnico del Náutico Sergio Silva.
El vigués Miguel Martínez celebró con victoria su primera citación con la selección 

Ejercicio de imaginación: tener 21 años, ir por primera vez con la selección española absoluta de natación a una cita internacional en Amberes y celebrarlo colgándose el oro en los 200 mariposa. Regresar e ir directo del aeropuerto a la piscina. Y al salir, sin comer, descolgar el teléfono para hablar de lo sucedido. Es lo que ejemplifica que las cosas no pasan por casualidad y la descripción rápida del fin de semana de Miguel Martínez, que atiende desde Madrid con amabilidad y hambre. “A ver si pillo ahora un bocata o algo”, dice con timidez. 

El nadador vigués se fue a la capital para ingresar en la Blume. Allí defiende ahora los colores del Canoe -aunque el Náutico sigue en el corazón-. Una modificación de vida y de metodología de entrenamiento radical. A cambio, una evolución meteórica. Desde que inició su etapa madrileña en septiembre, Miguel se proclamó campeón de España de 200 mariposa (1:54.9), a un segundo del récord nacional. “Son palabras mayores”, reconoce con algo de vértigo. La clave, la especialización: “Ahora tengo todo muy focalizado hacia mis pruebas: el 200 mariposa y también el 100”. 

Un crecimiento que le ha llevado a ser llamado por primera vez con la selección española absoluta. Del 2 al 15 de enero estuvo concentrado en Lanzarote. “Una experiencia inolvidable para mí”, sostiene el joven nadador, al que no le ha importado empezar 2022 trabajando duro. “He aprendido muchas cosas de gente que lleva años allí. Pero, sobre todo, he disfrutado mucho", desvela.

Y aún quedaba lo mejor. El  Open de Flandes saludó al vigués en su primera competición como internacional absoluto. El sábado abrió el fuego y se colgó el bronce en el 100 mariposa. Pero las alas se abrieron de todo el domingo, en su prueba fetiche, para ganar el oro en el 200. “Me he quedado a medio segundo de mi mejor marca, pero para estar a estas alturas del año, está muy bien”, valora satisfecho. “He cogido muy buenas sensaciones. Ahora, a seguir creciendo”, se anima Miguel, que aspira a conseguir las mínimas para los Juegos Mediterráneos y el Europeo absoluto.  “Cada vez estoy más cerca”, desliza optimista mientras sigue progresando bajo el efecto mariposa.

“He dado un salto de calidad desde que me vine a Madrid”

“Al principio recuerdo que me costó muchísimo”, subraya Miguel Martínez. Lógico. Recién entrado a la veintena, el vigués siempre había vivido en casa.  “Iba y venía a Pontevedra, que era un esfuerzo y cansaba, pero yo estaba con mis amigos y mi familia”, comenta sobre su día a día anterior a septiembre de 2021. Entonces, apareció el tren de la beca en la Blume. “Hay que aprovechar las oportunidades”, refrenda con madurez, al tiempo que recuerda que en Vigo era su familia la que cargaba con todos los gastos. 

Con el poso de los meses y los nuevos lazos, todo va mejor en Madrid. “Formamos un grupo homogéneo. Somos una piña", destaca sobre sus compinches de entrenamiento. Además, cursa un ciclo superior de márketing y publicidad -ya está titulado en uno de administración y finanzas-. “Voy camino de tener dos títulos”, bromea. Académicos, claro. Porque los de la piscina se le caen de los bolsillos. El último, el de campeón de España de 200 mariposa de piscina corta. “Fue mi primer campeonato en la Blume”, apostilla. A un segundo del récord de España de la distancia. Y de regalo, una plata en el 100. “Le pegué un buen bocado a mi marca personal”,  destaca Miguel, que la bajó dos segundos (51.9).

“Me han dado mucha confianza y se nota”, resume el canterano del Náutico. "He dado un salto de calidad desde que me vine a Madrid”, asume Miguel. Dejar atrás familia, amigos y hogar ha valido la pena. El que algo quiere, algo le cuesta.

Te puede interesar