Balonmano

Un camino con altibajos y un final demasiado amargo

El Guardés comenzó su andadura europea en la reinauguración de A Sangriña contra el VZV neerlandés.
photo_camera El Guardés comenzó su andadura europea en la reinauguración de A Sangriña contra el VZV neerlandés.

Diez partidos jugó el Guardés en esta aventura europea como diez años lleva compitiendo por el viejo continente. Cinco rondas que ya pertenecen a la historia del balonmano gallego. Al equipo miñoto nadie le va a quitar el honor de ser el primer finalista continental de Galicia, igual que el año pasado fue el primero en una Copa. Aunque, en ambos casos, se hayan saldado con el amargo sabor de la derrota.

La de ayer duele especialmente, por producirse tras conseguir una renta de seis goles en el partido del domingo pasado en A Sangriña (23-17). Fue el penúltimo paso de un largo camino que comenzó allá por diciembre con una eliminatoria de primera ronda que se disputó íntegramente en A Guarda. De hecho, aquel doble partido (11 y 12 de diciembre) contra el VZV neerlandés sirvió como inauguración del reformado pabellón miñoto. Dos cómodas victorias (72-39 en el global) que dieron paso a unos octavos de final que también acogió A Sangriña. El H71 feroés dio más guerra, pero también sucumbió el 14 y 15 de enero (62-57). Fueron los últimos partidos de esta competición con Abel González en el banquillo.

Ana Seabra se estrenó en cuartos, ganando en Madeira el 11 de febrero (26-30). En la vuelta, una parada milagrosa de Carratú evitó los penaltis (21-24) y dio el pase a semifinales.

La del conjunto portugués fue la eliminatoria de mayor sufrimiento, quitando la final, como es lógico. También sirvió como disparadero para el conjunto miñoto, que mejoró claramente en su juego y en sus resultados a partir de ahí. 

Por eso, las semifinales contra el Elche le llegaron en su mejor momento del curso. Y aunque no partía como favorito, el conjunto de Ana Seabra golpeó primero ganando en la ciudad de las palmeras (22-23) el 19 de marzo. La semana siguiente, completó la faena en A Sangriña, llena a reventar, en un sensacional encuentro (22-18).  Significó el pase a una final que comenzó de la mejor manera (23-17), pero que terminó de la peor ayer en Antalya (33-20). Duele, pero el camino fue para recordar. Y así se hará. 

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