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Balonmano como medicina

Fran posa sentado en el banquillo del pabellón de Chapela antes de entrenar; otro día más en la oficina.
photo_camera Fran posa sentado en el banquillo del pabellón de Chapela antes de entrenar; otro día más en la oficina.
Fran Teixeira ejerce la pasión de su vida en Chapela sin permitir que su enfermedad se lo impida
Fran Teixeira tiene 61 años. Fran Teixeira lleva entrenando desde los 18. Fran Teixeira mantiene la ilusión de ascender a División de Honor Plata con su Chapela Rodosa. Fran Teixeira disfruta de su familia, sus amigos y sus jugadores. Fran Teixeira es un mito del balonmano gallego. Fran Teixeira sufre un cáncer de colon.
No es un dato para sentir lástima ni compasión. El técnico vigués no lo permite. Al contrario. Convive con naturalidad con su enfermedad y le planta cara con el amor de los suyos y con la pasión de su vida. "La mejor forma posible que tienen mis jugadores de ayudarme es lo que hacen: venir a entrenar fuerte por las tardes", explica. "Esto me da la vida", agrega Fran, que desde que le diagnosticaron la enfermedad en 2017 y pese a las dudas que tuvo de seguir, solo se ha perdido un partido en todo este tiempo.
Pero, igual que sus jugadores, Teixeira lo da todo en las sesiones. El pasado lunes, sin ir más lejos, se sometió a una sesión de diez horas de quimioterapia y después fue al pabellón. "No estás como otros días, pero ahí seguimos", explica.
El balonmano es un motor para el preparador vigués. El amor por el juego. Y por su familia, por la que se deshace en elogios. Su mujer, sus hijos. "Sin su ayuda sería imposible", reconoce. También por la sanidad pública, uno de esos tesoros que la gente parece no ser consciente de lo que significa. Ojalá nunca lo quiten para tener que averiguarlo. En el hospital Álvaro Cunqueiro, Teixeira recibe sus tratamientos por unos profesionales a los que se entrega agradecido. Por todo ello se siente afortunado. "Ojalá todo el mundo que tenga que pasar por esto tuviera la suerte que tengo yo", espeta, mientras agradece la ayuda que le presta su mujer, Salomé, enfermera de profesión.
Precisamente, pese al popular mal genio de Fran en los banquillos, es una persona muy querida por todos en el balonmano. Por ello, el periodista de la Radio Galega Alfonso Pardo ha organizado un programa especial de su 'Convivir Deportivo' en el que se rendirá un homenaje a su extraordinaria carrera, con once títulos y ocho ascensos a cuestas. Una leyenda. "Para mí fue una sorpresa. Poco sé de cómo va a ser el programa. Mi hijo (Adrián, su segundo en Chapela) me dijo que avisase a mis amigos y eso hice", confiesa con humildad. Habrá que ver si la Casa do Deporte de Vigo no se queda pequeña el próximo lunes a las 18:30. Santa Cristina, Mercantil, Octavio, Teucro, Sporting de Lisboa, Lalín... son muchos años, muchos recuerdos, muchas historias. Muchos amigos.
Pero más allá de merecidos homenajes, la vida sigue. Las manecillas del reloj van hacia adelante y Teixeira, enfermo o no, sigue siendo entrenador. Sigue siendo ganador. Hoy afronta un choque crucial en casa con su Chapela, segundo de la tabla, ante el líder Lalín, que tiene dos puntos más. Un escalón que subir hacia un posible ascenso a Plata. "Sería impresionante", confiesa Fran, que se muestra "orgulloso" de una plantilla que ha sufrido problemas de lesiones y, aún así, mantiene el nivel competitivo. "Ojalá podamos entrar en el sector", desea. Y si no se logra, quedará la satisfacción de haber luchado hasta el final. "Eso seguro, hasta que no podamos más", dice Teixeira entremezclando el balonmano y la vida. Porque al final, es lo mismo. Dar tu mejor esfuerzo y hacer el menor daño posible y obtener el mayor cariño que se pueda en el camino. Como cualquiera, Fran lucha día a día por conseguirlo amparado en la sanidad pública, el amor de su familia y su pasión por el balonmano. Porque los enfermos de cáncer no son súper héroes. Son personas normales, que pelean por ser felices a pesar de dolencia. n

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