Este viernes la preiodista de investigación y periodista Rebeca Quintans presenta mañana a las 20 horas en la Casa del Libro su último libro. "Juan Carlos I. La biografía sin silencios", más de 700 páginas en las que hace un repaso por los momentos más importantes de la reciente historia de la monarquía española "con una visión global sin edulcorar".
- ¿Qué silencios rompe en su libro sobre Juan Carlos I?
Comparado con lo que se publica en otras biografías, una gran cantidad de datos poco conocidos y que dibujan una imagen muy alejada de la del salvador de la democracia. Tienen que ver con su fortuna, sus amigos corruptos, sus manejos políticos, sus escándalos amorosos... La verdad es que son muchas cosas, porque este rey ha dado mucho de sí, que se habían ocultado o contado sólo a medias.
-¿ Conocemos realmente quién era el que fue rey de España?
Yo creo que ya tenemos información para tener una imagen bastante realista de su figura. Pero hay que tener interés por conocerla, porque no está precisamente accesible. Mi libro es uno de los pocos en los que se ofrece una visión global de su reinado sin edulcorarla de manipulaciones sobre su presunta campechanía. Además hay que tener cierto valor para aceptarla. A muchos españoles no les cabe en la cabeza la verdad.
-¿Es realmente tan difícil en España hablar sobre la monarquía y conocer la verdadera biografía de un rey?
Durante los primeros años de la Transición se llegaron a secuestrar publicaciones por una simple viñeta amable del rey bailando claqué. Hoy en día la cosa ha cambiado un poco. En los canales de televisión y en los grandes periódicos en papel sigue siendo muy difícil publicar una información crítica sobre la familia real. Pero cada vez se fuerzan más los límites de lo que se puede o no decir, hay menos autocensura y se van abriendo caminos. Lo que sigue siendo tremendamente difícil es "investigar". No hay transparencia ni acceso a la información sobre sus rentas, o sobre cómo invierte su tiempo más allá de la escueta agenda oficial, por ejemplo.
-Usted escribió otro libro, "Un rey golpe a golpe", pero en aquella ocasión bajo seudónimo ¿qué ha cambiado para que ahora lo haga con su nombre?
Sobre todo en los momentos previos a la abdicación de Juan Carlos se abrió de alguna manera la veda para poder publicar información críticas. Yo ya tenía intención de reeditar el libro con mi nombre antes, pero esa apertura me animó más a hacerlo. El seudónimo me protegía de presiones, pero entorpecía mucho la difusión del libro, y creí que había llegado el momento de "salir del armario", por así decirlo; un armario en el que me había metido por miedo, lo reconozco, y del que todavía no me he librado del todo.
-¿Qué novedades aporta en el libro que presenta mañana?
He actualizado muchas partes con informaciones nuevas, pero sobre todo hay 13 capítulos más, que completan la biografía desde el año 2000 hasta la abdicación.
-Usted siempre defendió que Juan Carlos I fue un colaborador absolutamente necesario para en el golpe del 23F ¿en qué basa esa afirmación?
Pues, para empezar, en el testimonio de otros participantes en el golpe, algunos de ellos en el propio juicio oral sobre el caso, otros en declaraciones a periodistas. Pero sobre todo en la propia lógica de cómo se desarrollaron los hechos, en la cronología de los distintos pasos que se fueron dando, y que no coincide con la versión oficial absolutamente contradictoria que nos quisieron colar.
-¿Existe verdadera libertad de expresión en la actualidad o todavía hay temas tabú?
Hay muchos temas tabú, y todos tienen que ver con lo mismo: los poderes económicos, que son los que mandan en los medios. Los intereses de las grandes fortunas, las grandes empresas y los grandes bancos están tan protegidos como la monarquía.
