Laxeiro entra en el Reina Sofía

“Trasmundo”, una obra emblemática de Laxeiro, se cede de forma temporal por Fundación y Concello.
photo_camera “Trasmundo”, una obra emblemática de Laxeiro, se cede de forma temporal por Fundación y Concello.

Con la reorganización de la Colección del Museo Reina Sofía, Fundación Laxeiro y Concello han cedido temporalmente la emblemática obra de Laxeiro “Trasmundo” (1946)

“Trasmundo” puede verse ya en la sala 425 del edificio Sabatini del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, acompañando la obra audiovisual del artista granadino José Val del Omar (1904-1982), titulada Acariño Galaico (De barro) (1961-1995), que rodó en Galicia con el propósito de integrarla, junto a Aguaespejo granadino (1953-55) y Fuego en Castilla (1956-59), en su trilogía titulada Tríptico Elemental de España. Además de Trasmundo (de 1946), completan la sala dos obras del escultor ourensano Arturo Baltar (1924-2017), Nenos cantando Nadal (1960), y Entroido (1990) y dos fotografías, una de Enrique Reza (1932-2013) y otra de Anric Massó (1930-2015), una de las muchas que realizó durante el rodaje de Val del Omar, además de numerosos documentos, algunos inéditos. Con “Trasmundo” Laxeiro cierra su etapa granítica, recreando un retablo de personajes que sintetiza todo su imaginario en forma de pórtico que invita a entrar en el trasmundo, atravesando una puerta central.

“Trasmundo”, una obra emblemática de Laxeiro, se cede de forma temporal por Fundación y Concello.

La obra está compuesta a partir de una línea horizontal central que divide el mundo de lo conocido -plasmado en la parte inferior mediante una figuración granítica idealizada- del mundo de lo desconocido, en la parte superior, en la que el trazo se hace más suelto y confuso, acercándose al expresionismo con el que experimentaría en los años cincuenta. Con un cromatismo tenebrista, heredero del Goya de las Pinturas Negras, Jesús Corredoyra y Gutiérrez Solana, este retablo del trasmundo es también un homenaje al románico gallego y al pensamiento mágico medieval por el que Laxeiro se sentía fascinado, como contrapunto al mundo de la razón que gobernaría el pensamiento europeo a partir de la modernidad. La obra es también una celebración del mundo telúrico, en el que el pintor combina elementos de la cultura popular con elementos de las vanguardias.

El préstamo se gestó durante una visita a la Fundación Laxeiro de la Directora del Área de Colecciones del Reina Sofía y comisaria de la exposición, Rosario Peiró quien, una vez visitada la Colección permanente, quedó fascinada por la obra de Laxeiro. El ambicioso proyecto de reorganización de la Colección del Reina Sofía responde, según el propio museo, a la necesidad de ofrecer una relectura integral hasta nuestros días, con motivo del treinta aniversario de su inauguración, incorporando cientos e obras a través de donacio-nes, depósitos y compras, en un proceso que culminará con la apertura al público de la nueva Colección en su totalidad, el próximo mes de noviembre. Un conjunto formado por cerca de 2.000 obras agrupadas en seis espacios diferentes que van a ser los que acojan esta nueva narración. La presentación al público va a realizarse de una manera también novedosa y a modo de serie, dando a conocer uno a uno los seis episodios que integran el recorrido completo. En este pri-mer episodio se ha querido poner el foco en distintos puntos fuertes, que bajo la denominación conjunta Nos ven: de la modernidad al desarrollismo ofrecen al visitante un recorrido que podría resumirse en los apartados que siguen a continuación.

Carlos Príncipe destacaba ayer que como primer presidente de la Fundación Laxeiro se alegraba por que se exhiba como préstamo un cuadro de los años 40 “de don José”. “Se cumple así uno de los deseos del gran Laxeiro y una de las tareas que siempre impulso la Fundación: poner a Laxeiro en las paredes del Reina Sofía”. 

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