César Isella: “A los artistas latinos nos unió la política”

César Isella (Argentina, 1938) se encuentra en Vigo desde ayer. En su primer contacto con la ciudad quedó fascinado por la arquitectura de granito y el diseño de sus calles. Gusto que expresa con una sensibilidad casi lírica: “Mi abuela cantaba copla española con ritmos latinos, con ella aprendí amar la poesía y a tocar la guitarra”, aseguró incluso antes de comenzar la entrevista que concedió a Atlántico Diario con motivo del concierto que dará este sábado en el auditorio municipal. 
El cuestionario resultó inútil ante la desbordante locuacidad del compositor. A los cinco minutos ya estaba metido en materia y recordaba sus vivencias como si dictase sus memorias: “Con 15 años me marché de casa, en una provincia del norte, y me gané la vida tocando la guitarra por los bares; fue una época muy buena  que la disfruté al máximo; me permitió conocer a los poetas de la época”. Como prueba de esta colaboración entre creadores, alude a las grabaciones, los discos o las películas que ya forman parte del patrimonio cultural. Reconoce que musicalizar a los poetas fue “mi gran felicidad”.
Una relación que se consolidaría a lo largo de los años, promoviendo un constante intercambio entre los intelectuales: “A los artistas latinos nos unió la política”, afirma en relación a la abierta repulsa que manifestaban contra las dictaduras: “En esa época todos éramos militantes, por ello mi ‘hermano’ Víctor Jara fue asesinado en el mismo escenario donde había tocado tantas veces”, lamenta. Precisamente esta naturaleza política es la que le inspira en 1969  “Canción con todos”, interpretada por las principales voces hispanas,  designada por la Unesco como el himno de América Latina y adoptada en Estados Unidos para ilustrar el estudio de los países del sur en las escuelas. Isella lo relata como si hubiese sucedido ayer: “Entonces estábamos muy influenciados por movimientos como el Mayo francés del 68 que provocó reacciones como la matanza de la Plaza de las Tres Culturas en México o la intervención militar en Córdoba con la muerte de estudiantes y obreros; en ese momento, tuve que viajar a la República Dominicana y allí me encontré otra muestra más del surrealismo político de latinoamérica: un dictador elegido democráticamente; fue cuando comencé a darle vueltas a una melodía”. Compositor de oído, Iselle fue perfeccionando el tema a lo largo de su gira por el continente, fruto de su experiencia por México, Panamá, Perú y Argentina: “Entré en contacto con una realidad cultural y social de la que aprendí mucho; cuando regresé ya tenía finalizado el tema; se lo toqué al poeta Armando Tejada Gómez; le encantó y después de contarle todas las vivencias que me lo provocaron, escribió la letra”.
Este éxito le llegó tres años después de dejar a Los Fronterizos, cuando el grupo se acababa de convertir en un superventas con la  “Misa Criolla”, la cual califica como “la primera obra de fusión”. “Tenía 27 años, era joven inquieto  y provinciano; había pasado una década maravillosa con Los Fronterizos y había llegado el momento de partir; nunca me arrepentí”, admite y añade: Quería viajar; desde niño había soñado con la vida de los gitanos y los circos españoles que venían a mi provincia”. 
Por delante le quedaba toda una vida de éxitos en el Movimiento del Nuevo Cancionero, por lo que  en 2012 es nombrado embajador de la Música Popular Latinoamericana por el Gobierno argentino.n