El nuevo entrenador del Celta, Claudio Giráldez, se ha rodeado de personas de confianza para su cuerpo técnico, además de mantener a los que ya trabajaban en el primer equipo siendo empleados del club. Con el porriñés suben desde el filial su segundo, Rober Fernández, el preparador físico, Christian Fernández, y la psicóloga, Laura Centoira.
Esta última es la gran novedad, pues el primer equipo carecía de una persona encargada de la salud mental. Giráldez defendió ayer la importancia de tener esta pieza en el cuerpo técnico. “Creo mucho en esa figura y en Laura. Tenemos que ayudarnos mentalmente los unos a los otros. Cuando una persona sabe guiarte y entender tus inquietudes y tus miedos, además de fortalecer lo que tienes bueno, siempre es positivo para los jugadores. Quedan diez jornadas, la parte mental es fundamental y toda la ayuda que podamos tener en ese aspecto es buena”, resumió.
Eso sí, los futbolistas tendrán libertad a la hora de administrar esta ayuda. “El jugador que la quiera demandar que la demande y el que no quiera, que no. En un vestuario, en un grupo, en un cuerpo técnico es fundamental hoy en día”, reiteró.