los tiburones y los pececillos

Como nuestros grandes políticos, nuestros importantes banqueros y los demás especímenes que encarnan a los tiburones, así es el poder. Los pececillos que somos un montón, vivimos bajo su yugo.
Somos de muchos colores diferentes, nuestro origen es diverso también y pensamos de manera individual. Tendemos a protestar, pero lo hacemos individualmente y muchas veces nos enfrentamos entre nosotros mismos, peces contra peces.

Los tiburones son pocos pero están muy organizados y son capaces de enfrentarnos con artimañas y distracciones. De esta manera, los tiburones consiguen una sociedad sin cohesión en la que es sencillo imponer una tiranía oculta con apariencia de democracia. Década tras década, todo se sigue reproduciendo en nuestras ocupadas mentes, acostumbradas a la rutina, esta idea de que tenemos el mejor sistema político posible y mientras tanto, los tiburones roban, engañan, estafan y usan el sistema en pro de su beneficio. Los tiburones se pelean entre el! los muchas veces pero no piquéis, es un engaño.

Los tiburones hacen que se pelean entre ellos para que los pececillos elijan votar a uno u a otro, nada más lejos de la realidad, los tiburones se van a ayudar mutuamente, no se tocarán su financiación, aunque se peleen, no restringirán sus beneficios. No es que todos los políticos sean iguales, ni todos los partidos políticos esencialmente parecidos, es que es el sistema político en sí el que les empuja a ser de esa manera, los va formando al tanto que crecen y donde para un partido que acaba de empezar pueden ser importantes algunos elementos muy idealistas, con el tiempo su prioridad será su propia financiación, por una sencilla razón: Si se queda sin dinero pierde el juego, no puede seguir compitiendo.

A veces creo que le damos demasiadas alas a los políticos, tantas que estos creen que son suyas de nacimiento. Yo, como pececillo, decido no votar a ningún tiburón en noviembre de 2015.

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