la adicción del poder y los poderosos adictos

Observando el panorama político en España, el que se preocupe por observarlo, veremos que estamos en una situación crítica derivada de un excesivo apego al poder aún a pesar del error.
Se acumulan los despropósitos y aún a pesar de eso, no hay movimientos en el poder político.

Nos están llevando a la ruina mientras ellos y ellas se reparten un suculento pastel saltándose todas y cada una de las reglas de juego sin ruborizarse lo más mínimo. Esto se llama adicción. Solo un adicto a alguna sustancia es capaz de hacer 'lo que sea' con tal de conseguir su dosis y estos y estas son adictos al poder y al dinero y para lograrlo se ponen a hacer exactamente eso, 'lo que sea'.

Dos sustancia peligrosas. Dinero y poder para conseguir más dinero y más poder. ¡Peligro!

Para conseguirlo mienten, masacran, engañan y estafan cual adicto.

La comparación que a todos/as nos viene a la mente es la de aquel drogodependiente que asalta incluso a los suyos y estafa engañando a su entorno más cercano llegando incluso a atacar a todo el que se pase por su lado. Esa familia se siente desgraciada por haberle caído semejante mal. ¡Horrible, insufrible!

Pues sigamos con la comparación. La familia española estamos sufriendo en nuestras carnes, en nuestros hogares, los perniciosos efectos de una droga que se llama poder acompañada de una profunda adicción al dinero, y esto hace que tengamos que soportar a unos dependientes de drogas muy duras capaces de hacer un efecto en quien lo padece que les empuja a hacer cosas inhumanas.

¿Acaso no es notable? Solo tenemos que observar la dirección que está cogiendo este ¡País!, la fama que tenemos por ahí afuera, las víctimas que se producen cada día, la deuda que acumulamos, los derechos usurpados y el estado de bienestar defenestrado. Y si sumamos toda la corrupción que acompaña.... ¿qué tenemos? Un hogar con la lacra de la droga en su seno, en su interior pudriéndolo todo y generando un ambiente imposible, insoportable, por que hay alguien con la irrefrenable necesidad de tener más.

En estos momentos debería haber alguien que se levantara dando un golpe en la mesa, con un zapato incluso o con el puño en el escaño, exigiera responsabilidades y dirigiera los pasos necesarios para darle a esto un cambio importante y necesario. Es más, con que fuera solo en este rincón de Iberia, Galicia, separándola del resto y creando un ejemplo de cómo se hacen las cosas sin coger ninguna adicción más que la de ser útil al pueblo, y elaborando una buena praxis adictiva, una ética y unas formas de ver la vida que enganchen, lejanas de la otra manera, ya sería de conformidad ya que serviría de ejemplo al resto del mundo y podría ser el comienzo de aquello de que 'un mundo mejor es posible'.

Y aún estamos a tiempo. Aún nos queda una oportunidad de cambiar, de dejar de destruirnos a nosotros mismos, de empezar a repartir mejor la riqueza y los bienes, de ser más justos y coherentes y de establecer un estado de las cosas que hagan que no existan más adictos perniciosos.

De lo contrario, insisto en que la única solución será la hecatombe, la destrucción total, por que, dadas las circunstancias actuales no acabo de ver la luz al final del túnel en el que nos encontramos.

Ahora viene el otro y me dice que 'el año que viene se verán brotes verdes'. ¡Verás!

Promesas de unos adictos. Con tal de seguir.... ¡País!

El día que escribo esto desahucian a una familia en Navia y aparece el cadáver de un joven en Laxe el cual se suicidó al no soportar vivir tanto tiempo en el paro y si medios económicos suficientes para una vida digna.

Siguen acumulando víctimas. Habrá más, por desgracia.

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