Hacer listas no es una novedad, como ya cuenta Irene Vallejo en “El infinito en un junco” pero se ha desatado una listofilia en los medios digitales porque son un buen gancho para proporcionar clics, que en este tipo de periodismo es la nueva unidad de medida como en los periódicos de papel fue el punto. Hay listas para todos los gustos, no exentas de polémica porque a una se puede oponer otra del mismo tenor y ser las dos igual de válidas o interesantes. Una de las últimas conocidas es la elaborada por una plataforma digital para la reserva de actividades turísticas que acaba de publicar la suya con los cincuenta pueblos con menos de 20.000 habitantes más populares de cada provincia de nuestro país. Lo dicho, es una lista con toda legitimidad, pero puede reabrir viejas heridas entre pueblos rivales que no compartan la elección adoptada, porque consideren que tienen más méritos y más belleza. En muchas provincias es difícil estar de acuerdo con los pueblos nominados, mientras que otros son incuestionables.
