Opinión

Orgullo

En esta ocasión se trata de orgullo herido. Francia no cuenta con vacuna propia como el resto de los países que comparten silla en el selecto club de los países más desarrollados que lo mismo se sientan en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que en el G-7. El país vecino acaba de informar que no contará con una vacuna propia hasta dentro de un año. Es lo que le pasa a España que tampoco la tendrá antes de ese tiempo porque aquí la inversión en este rubro ha sido ridícula en comparación con el reto al que había que hacer frente. Los laboratorios Sanofi y el Instituto Pasteur no solo no han llegado a tiempo, sino que sus ensayos han resultado fallidos. Cuando un país quiere ser una superpotencia lo tiene que ser en todos los sentidos y el científico adquiere cada vez más relevancia. Entre nosotros esa es una asignatura pendiente y, entre otros motivos, por eso seguimos siendo un país de la clase media. En Francia pasa como en España, que hay fuga de cerebros que han colaborado en la elaboración de las nuevas vacunas, fuera de sus fronteras. En este caso es una lástima, pero la 'grandeur' no es lo que era.

Te puede interesar