Las personas son como los caracoles, no, como suele decirse, porque lleven a cuestas su casa sino porque se llevan con ellas los problemas allí donde quiera que se trasladen. Se puede cambiar de casa, pero no se puede olvidar la historia de cada quien, así, de un plumazo. El PP se va a cambiar de sede para dejar atrás la corrupción y su presidente ha dicho que no va a volver a dar explicaciones por cuestiones pasadas. Eso debiera significar que también renuncia a pedirlas al resto de los partidos que han renovado sus direcciones y tampoco tendrían que ver con el pasado. Adiós, Filesa y Malesa, adiós a las crisis económicas que han dejado los anteriores presidentes socialistas, adiós a los ERE. Según esta teoría de Pablo Casado, el PP rechazaría volver a utilizar el “y tú más” en el que se basa buena parte del debate político. Dice Casado que "las hipotecas en política no son hereditarias, no lo han sido para ningún otro partido y no deben serlo para el nuestro". Aunque no quiera, ni puede rechazar la herencia, ni le van a dejar olvidarla.
