Opinión

Guerra civil en Podemos

En un lado, Yolanda Díaz. En el otro, Pablo Iglesias.

En un lado, Izquierda Unida, Más País, En Comú, Compromis, Equo y varios partidos regionales. En el otro, Podemos, solo Podemos, con las tres mujeres que formalmente dirigen el partido, Ione Belarra, Irene Montero y Lilith Verstrynge. En el centro del ring, Pedro Sánchez, que gobierna con Podemos pero ha dado un paso importante de acercamiento a Sumar, la formación que encabeza Yolanda Díaz. El presidente, de momento, no tiene intención de romper la coalición. Pero está muy pendiente de lo que ocurre en esa lucha por hacerse con el espacio calificado como la izquierda de la izquierda.

La lucha es a muerte, una auténtica guerra civil que se puede llevar por delante a Podemos tal como está configurado actualmente, aunque queda margen todavía para que llegue a algún tipo de acuerdo con Sumar. Pero la sensación que se transmite estos días es que la ruptura parece inevitable y que Podemos y Sumar acudirán a las elecciones generales en listas separadas y con sus respectivos satélites de apoyo.

Yolanda Díaz hace tiempo que anunció que no se presentaría a las autonómicas y municipales del 28 de mayo, una decisión que le permitía ganar tiempo: Sumar no está todavía preparada para ser partido con opciones de lograr un buen resultado y, por otra parte, a la política que Pablo Iglesias había designada candidata in pectore para la presidencia del Gobierno con las siglas de Podemos, le interesa saber cuál es la fuerza de ese partido en solitario.

Un dato fundamental para cuando llegue la hora de negociar un posible acuerdo para las elecciones generales. Si se negocia. Hoy por hoy desde el círculo de Yolanda Díaz se transmite la idea de que la vicepresidenta está cada vez más entusiasmada con la idea de ser la líder de Sumar con sus partidos afines. Con Pablo Iglesias marcando el paso, pues es Iglesias quien manda en Podemos por personas interpuestas, el mencionado trío de mujeres que no ocultan desde hace mucho tiempo su animadversión hacia Yolanda Díaz, aunque se niegan a cortar los lazos de forma definitiva porque, como le ocurre a Pedro Sánchez, les interesa ir a las elecciones con una lista común, con la que conseguirían más escaños que si acuden por separadas. De hecho, en Moncloa hace tiempo que transmiten su inquietud por la confrontación que se vive en Podemos.

Belarra y Montero han lanzado un órdago a Yolanda Díaz: si no acepta que las listas electorales de Podemos y Sumar se elaboren a través de unas primarias, no aceptarán ir a las elecciones con el partido o la plataforma de Yolanda Díaz. 

Yolanda sin embargo no acepta -de momento- esa propuesta, centrada en lo que pretende ser un lanzamiento apoteósico de Sumar: la presentación formal de su candidatura a la presidencia de Gobierno. Será este domingo en Madrid, en un acto en el que quiere que se visualice su fuerza tras un año largo de viajar por toda España tratando de captar gente, y formaciones, para que se incorporen a Sumar.

Ha conseguido más de lo que se pensaba inicialmente, debido en gran parte al declive de Podemos, que se ha convertido en un partido antipático que pone permanentemente al gobierno contra las cuerdas con iniciativas que provocan un gran debate social y que resta votos al Psoe. Culpa de Pedro Sánchez, porque el presidente no se atreve a romper con una coalición y unos socios parlamentarios que han provocado al Psoe una huida importante de votos, como denuncian la mayoría de los dirigentes regionales socialistas, así como alcaldes -varios de ellos se resisten a presentarse con el logo del PSOE en los carteles- y recogen unánimemente las encuestas excepto las del CIS, aunque la credibilidad de este organismo, siempre muy alta, se ha venido abajo desde que José Félix Tezanos llegó a su dirección y puso el CIS a disposición de Pedro Sánchez para que utilizara sus barómetros y sondeos a conveniencia.

Es imposible prever las consecuencias de la confrontación que vive Podemos, aunque en este momento la batalla de la comunicación la va ganando Yolanda Díaz. Ha conseguido encandilar a infinidad de españoles por su capacidad de seducción, su estilo -muy estudiado- y su estrategia de no meterse en ningún charco para evitar así el desgaste de su figura. Sin embargo, comienzan a aparecer artículos que recogen datos de su trayectoria, que no es muy conocida más allá de su natal Galicia, donde no dejó buen recuerdo entre los políticos de izquierdas. Incluso se publica estos días un libro que es demoledor. Pero los defensores de Yolanda Díaz son inquebrantables en su lealtad y creen que es víctima de una maquinaria de desprestigio bien engrasada.

La trastienda sin embargo demuestra que no todo es tranquilidad, glamour y sonrisas de satisfacción. Con el ingrediente que enfada a Podemos, por no decir que indigna: la certeza, la constatación, de que el presidente de Gobierno y sus ministros han hecho una apuesta clara por Yolanda Díaz en detrimento del grupo Iglesias, Belarra. Montero y Verstrynge.

No solo se visualizó con la cancha que dio Pedro Sánchez a la líder de Sumar durante el debate de la moción de censura de Vox, en la que la vicepresidenta y ministra de Trabajo abiertamente lanzó su candidatura, sino que el martes pasado, tras la aprobación de la Ley de Familias elaborada por el ministerio de Ione Belarra, se vetó que expusiera esa ley en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, como es habitual y la propia Belarra había pedido. 

Por otra parte, desde Podemos se ha iniciado una ronda de llamadas a dirigentes regionales del partido y a destacados parlamentarios, para que no acudan a Magariños, donde Yolanda Díaz presentará hoy su candidatura acompañada de los dirigentes de los partidos que ya han dado el paso de acercarse a Sumar, entre ellos Íñigo Errejón y Ada Colau. Las presiones sin embargo no han tenido el resultado que buscaba la dirección de Podemos, pues varios miembros del partido han anunciado que piensan acudir al Magariños, entre ellos no solo dirigentes regionales sino una mujer que ha formado parte de la historia del partido desde que Pablo Iglesias lo puso en marcha, Gloria Elizo, vicepresidenta tercera del Congreso de y con una importante trayectoria en la dirección de Podemos, donde ejercía un trabajo significativo como asesora jurídica. Hace tres años dejó de ser miembro de la dirección, con un claro alejamiento de Iglesias, Belarra y Montero, y el hecho de que no se haya sometido a las presiones para no acudir al acto de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz hace pensar que ese alejamiento puede ser definitivo.

Ione Belarra, como secretaria general de Podemos, trasladó a Yolanda Díaz la exigencia de que antes de este domingo aceptara las primarias para acudir a las elecciones generales en una lista conjunta. Yolanda no respondió. Se le dio un nuevo margen, que el acuerdo sobre primarias tenía que alcanzarse antes del 28 de mayo, cuando se celebran las elecciones autonómicas y municipales. Tampoco ha habido respuesta.

En Sumar cuentan que no contemplan someterse a ninguna exigencia de Podemos, y añaden que son conscientes de que si no aceptan la condición de primarias se romperán las relaciones con Podemos, porque quien manda en ese partido, Pablo Iglesias, cumple lo que dice. Pero exultantes como están por las noticias que demuestran que se resquebraja la unidad de Podemos con acercamientos a Sumar, no se preocupan por las amenazas ni presiones de quienes son todavía sus compañeros de Gobierno. Y mientras no se produzca una ruptura formal, compañeros de partido, Podemos. Aunque hoy ya no está tan claro que Sumar forme parte de Podemos.

Este domingo se visualizará quién gana la guerra en el partido que fundó Pablo Iglesias. Las apuestas dicen que Yolanda Díaz es la vencedora indiscutible, pero… En política nada se puede dar nunca por seguro. Menos aún ante una Yolanda Díaz con una trayectoria en la que abundan bandazos de dudosa justificación.

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