Opinión

El muy honorable presunto

No, no se trata del muy honorable producto del cerdo ibérico portugués, el jamón del Alentejo, sino de otro producto también derivado del mismo espécimen, pero embutido, el chorizo mas conocido de mi tierra catalana, ni butifarra, ni longaniza, ni fuet, el Pujol.
En general, tendemos a idolatrar a quienes admiramos por alguna de sus habilidades y, por ello, neciamente le adjudicamos toda clase de virtudes. Casos como los de Maradona, son un vivo ejemplo de ello, idolatrado por buena parte de los argentinos, a quien consideran un dios. Un tipo que era una maravilla verlo darle a la bola, pero que ha resultado ser un boludo como ciudadano y como persona. Nos pasa con actores, músicos, pintores y todo tipo de personajes, extraordinarios en sus habilidades artísticas, pero auténticos zotes, bien como seres humanos, o sencillamente como ciudadanos, algo que al ponerse de manifiesto, puede incluso que nos induzca a dejar de valorarlos objetivamente en aquello en lo que fueron insuperables, siendo tan malo un extremo como otro.
He de confesar que, aunque ello lo tengo muy presente, con Pujol me pasa algo parecido. Lo he admirado como político y hoy lo detesto como trincón (perdón, presunto trincón), pero no por chorizo hay que menospreciar su labor como político a lo largo de años difíciles para España. Su mundo de contradicciones durante su actividad política también fue destacable, pues se asomó al mundo de la política con un bagaje curricular envidiable entonces, ya que fue de los pocos políticos de la transición que había pasado por las cárceles franquistas. En Cataluña lo fue todo y aunque allí era ferviente catalanista, en Madrid era catalán y español al servicio de toda política posibilista (Deus é bo, e o demo non é malo).
Su habilidad para el trinque se manifestó, no obstante, tempranamente, en Banca Catalana, el inicio de una “brillante” carrera en la que gracias a Felipe González (buen aliado) no perdió el poder, ni volvió a la trena convirtiéndose en el primero en estarlo antes y después. Otro socialista, Pascual Maragall le descubrió en el Parlament el famoso 3% (al parecer era el 4%), un fielato a gritos conocido por todo el empresariado catalán, pero que como en toda organización mafiosa, su efectividad se debía a su majestad el silencio. De ello, hoy nadie duda que ha vivido Convergencia, el muy honorable, la Marta, la filiar tropa y el caganer del Belén navideño (hecho diferencial).
Hoy se arrastra por Cataluña entre insultos y vergüenza de quienes tanto le ensalzaron, tratando de mantener un orgullo labrado a lo largo de años de poder absoluto, permitiéndose incluso, el abroncar a su parlamento por poner en duda su honorable credibilidad y entereza, dando pie con ello a que un extraordinario Albert Rivera, el mejor político catalán-español del momento, en un turno de preguntas y consideraciones y en una posterior replica memorables, que habrán de quedar en los anales del parlamentarismo, en la Comisión de Asuntos Institucionales (ver videos en yahoo), le pusiera en su sitio.
Si, hoy la imagen de los Pujol es la de una ristra de chorizos a punto de ser ahumados, en una Cataluña que ha perdido fuelle, porque entre otras calamidades, sus gobernantes, tienen mas de embutido común de poca monta, que de hecho diferencial.
Además, por si el topicazo de los catalanes con la pela fuera poco, todavía ha quedado ahora más en entredicho con el novelón de la herencia del padre, de donde según el pollo proviene el origen de su fortuna, pues ahora descubrimos que todo parte de un capital de ¡265,25 ptas.! (un real y todo), aunque antes asegura que le había dejado gran cantidad de dinero para ser repartido con el resto de la ristra pujoliana, a lo que la hermana, desconocedora de ello, pone ahora el grito en el cielo, entre admirada de la imaginación del hermano y sorprendida de que su capacidad de trinque haya llegado a tales cotas.
Si finalmente el juez Castro ha dignificado como mujer a la Infanta, procesándola y dejando ver con ello que no era la tonta que nada sabe de nada, sino la compañera de un trincón que, como mujer actual, estaba a su altura a la hora de tomar decisiones, es de esperar que pase algo similar con “la Marta”, la jefa del clan Pujol cuando, tarde o temprano, el muy honorable y toda la ristra familiar, acaben sentándose en el poco honorable banquillo de los acusados.
Que pena… 

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