Opinión

Fe o razón

Guillermo Juan Morado, Director del Instituto Teológico de Vigo, publica un artículo de opinión en Atlántico que titula Islam, razón y religión, en el que toca varios asuntos con los que no puedo estar más en desacuerdo, y por ello voy a permitirme disentir y aportar para ello argumentos al respecto. El artículo en cuestión trata de la posibilidad de que el Cristianismo haga de puente con el Islam a través de la razón, y acaba: “Pero Dios es Dios. Y el hombre ha sido creado a su imagen y semejanza. Debemos apostar por la razón en armonía con la fe. Lo demás será – lo estamos viendo – un desastre.”
Veamos: Así como la razón es el principal instrumento de la ciencia, la fe es el instrumento de las creencias o religiones. Fe y razón son dos términos contrapuestos. Fe es creer lo que no vimos, mientras razón es el argumento o demostración que se aduce en apoyo de alguna cosa, de ahí que la fe sea el instrumento de las religiones basadas en supuestos sucesos que nadie ha probado a lo largo de los siglos y que aun así esas religiones mantienen inamovibles, mientras la razón es la base del conocimiento científico, algo que debe ser probado rigurosamente, y aun así puede al cabo del tiempo ser incluso corregido por ulteriores conocimientos basados en nuevas razones de mayor peso, a la luz de nuevas circunstancias y mayores sabidurías. Son dos mundos absolutamente contrapuestos. 
En este sentido analizar la frase transcrita resulta de rigor. Decir que Dios es Dios, recuerda aquella frase famosa de Bujadin Boskov de, fútbol es fútbol, como antológica definición. Para un agnóstico, Dios no es más que un concepto, una entelequia, la palabra que define la incógnita que acompaña al ser humano en relación al conocimiento sobre el origen del mundo en que vivimos, y de un supuesto y anhelado mas allá, algo de lo que nadie, absolutamente nadie, sabe nada de nada. La idea de Dios ha acompañado a todos los pueblos y la multitud de dioses habidos y vigentes es enorme, buenos, malos, regulares y mediopensionistas, a cada cual mas pintoresco.
Lo del hombre “creado” a su imagen y semejanza está ya tan ampliamente superado, desde la teoría científica de Darwin, de la evolución de las especies, que incluso el mismo Papa ha hecho unas declaraciones admitiéndolo y limitándose a buscar la intervención divina en el “soplo divino” a la hora del paso de mono a hombre, tan es así que ya próximos a localizar las conexiones neuronales que explican el salto, lo del soplo se quedará mas pronto que tarde en un simple y volátil aire anterior o posterior, a saber. Por tanto el hombre no ha sido creado a imagen y semejanza de nadie (demostrado), sino que es el resultado de millones de años de evolución. Solo la razón, el estudio y el trabajo en libertad, nos conduce al conocimiento, y ello al destierro de la fantasía y las creencias en absurdos amparos pretendidamente celestiales, cada día mas infumables.
La razón es un instrumento de la ciencia y de la inteligencia humana en busca del conocimiento, un instrumento que no solo no necesita para nada de la fe (lo contrario a un “don” en el ser humano), sino que es la antítesis de la misma. Claro que contra los excesos del Islam es necesario luchar a través de la razón, igual que hicieron el humanismo, la ilustración y los librepensadores con los excesos de la religión católica, sus fanatismos  y sus intolerancias, en su momento. 
Judaísmo, Cristianismo e Islam están mucho mas próximos entre si, que con el mundo de la razón, de la ciencia y del conocimiento.
No, la diferencia no está en que a los católicos les asista la razón y a los musulmanes la barbarie, pues sin necesidad de irnos veinte siglos atrás, la historia está llena de las mayores bestialidades cometidas en nombre de la Iglesia, con todo tipo de torturas inimaginables, con dominicos que no te condenaban al fuego eterno del mas allá (ahora el Papa ya niega incluso el infierno) sino al del mas acá, al real, a morir quemado en la hoguera.
La diferencia principal entre unos y otros actualmente, es que Judíos y Cristianos ocupan un primer mundo que el laicismo ha civilizado y que, dominado por la ciencia, la razón y el conocimiento, impide en su seno las naturales intolerancias de los fanatismos religiosos, aquellos que tienen su seno en la pobreza, la miseria y la incultura, que tanto interesa a las religiones, por aquello de la “compensación”. Hoy el Islam ocupa el tercer mundo, y se nutre de tales carencias, ofreciendo en el mas allá todo lo que a sus súbditos les niegan en el mas acá, al igual que el catolicismo hacía en la Edad Media. 
No es el cristianismo el intermediario, y sí la cultura, la enseñanza, la razón, el conocimiento y la lucha contra las mafias organizadas, contra los intereses de las multinacionales, a quienes el individuo les trae sin cuidado y no es más que un instrumento de explotación. 

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