Opinión

Cuidado con lo que se fomenta

Desde que en Africa, determinados simios, ante la necesidad de mayores desplazamientos, a efectos de subsistencia, deciden hacerlo con mayor rapidez, por tierra y a dos patas, pudiendo con ello ampliar sus horizontes, su dieta y sus perspectivas, dando lugar a la aparición de los primeros homínidos, pasaron algunos millones de años repartiéndose por todo el mundo, hasta el momento en el que en la cuenca del Tigris y el Eufrates, conocida ya la rueda, aparece el mayor invento producido hasta entonces, la base del verdadero progreso, la escritura. La Mesopotamia de las primeras culturas evolucionadas, a la que seguirían las indostánicas hacia el este y las egipcias, griegas y latinas hacia el oeste, culturas que ya en el Mediterráneo habrían de cristalizar en nuestra conocida civilización occidental, ha influido de forma absoluta en nuestro devenir histórico.
La realidad de una muerte segura, la esperanza en un trascender y la conciencia de las limitaciones, han ocupado a todos los pueblos sobre todas aquellas incógnitas no resueltas, a la hora de buscar explicaciones sobre unos orígenes desconocidos, y sobre la supuesta autoría de todo aquello que se nos hace tangible, pero que no alcanzamos a comprender.
Los caminos para su búsqueda, como casi siempre, han sido divergentes a lo largo de la historia. Por un lado la filosofía, y sobre todo la ciencia, han apostado por la investigación, por la objetividad, por el contraste de datos e ideas, mientras por otro lado, la fantasía, el sentimiento y la magia, han seguido otros derroteros que invariablemente han cristalizado en lo que conocemos como religiones, o soluciones fruto de una mezcla de imaginación, temor, esperanza e ignorancia, que se ha ido alimentando de supuestas apariciones, voces, milagros, amenazas, poderes,  tradiciones, imposiciones transmitidas a partir de personajes de todo tipo de pelaje, desde los mejor intencionados que creen firmemente en aquello en lo que han decidido creer, hasta los mas canallas que se aprovechan de la ingenuidad, del temor y de la esperanza, pasando por los que, fruto de enfermedades desconocidas antaño, han ido alimentando ese mundo de apariciones, mandatos celestiales a base de voces e imágenes, de las que tanto se han aprovechado secularmente todas las organizaciones que manejan el impresionante mundo de las religiones, causa de las mayores guerras e intolerancias habidas a lo largo de los siglos.
Hoy en día, las religiones que cuentan con mayores practicantes en el mundo, tienen todas ellas el mismo origen, un origen que de forma mas o menos oficial, tiene su inicio en aquella Mesopotamia de la que hablábamos, donde Babilonia fue la Tebas, la Atenas, o la Roma posterior, y en la que de una ciudad como Ur nace, al parecer, un personaje del que históricamente nada se sabe, como de casi todos los lideres religiosos, pero que ha alimentado el germen de todo lo demás, un tal Abraham, pilar del Judaísmo y por derivación, de todas las sectas que de él, se han ido produciendo a lo largo de la historia, fundamentalmente del Cristianismo, del Islam y de toda la infinidad de derivaciones, versiones, sensibilidades y un largo etcétera de estas últimas. 
Si nos centramos en la época, aproximadamente en el siglo XX a.C., hay que considerar que el analfabetismo era prácticamente total entre la población, los conocimientos médicos absolutamente primarios y el mundo de la psiquiatría inexistente, de manera que la mayor parte de las curaciones eran atribuidas a milagros, las enfermedades a maldiciones y los sueños y las disfunciones mentales, a locuras en lo mas bajo de la población y a apariciones, mensajes y profecías, si quienes las manifestaban eran personajes mas o menos considerados en la sociedad, configurando todo ello un recetario desde el que a través del miedo, ejercer el poder perpetrado a lo largo de los siglos, y que en derivaciones como el Islam, cobra en estos días sus mas representativas manifestaciones.
Hoy sabemos, por la ciencia que no existen los milagros, que los sueños son un lenguaje nuestro interior mas o menos descifrable, que la audición de voces internas es un proceso de esquizofrenia que puede tener varios orígenes, al igual que las visiones es una paranoia, enfermedades o disfunciones todas ellas de las que el ser humano va conociendo cada vez en mayor profundidad, aunque aun nos quede un largo camino por recorrer, que hoy sabemos que de alguna manera y medida, afecta en alguna ocasión de la vida a cerca de un 15% de los humanos, datos y conocimientos que hacen que afortunadamente la ciencia vaya desterrando, poco a poco, toda esa serie de fantasías y atribuciones mágicas que se le ha ido dando a lo largo de la historia. 
Hoy una nueva secta, ejemplo de libro de todo lo apuntado y fruto de esa nefasta combinación que articulan la buena fe y la ignorancia, ha caído, denunciada por unos padres que en origen dieron o alentaron, al parecer, ejemplo a sus hijos de la fatal trayectoria, consecuencia del típico aleccionamiento en la fantasía (como yo soy un fantasioso y quiero lo mejor para mis hijos, toma…), en lugar de la formación en la búsqueda de la verdad, la investigación y el conocimiento, dejando para sus futuras decisiones cualquier apego a las fantasías existenciales al uso.
El mejor legado: la libertad

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